Page 204 - Memoria del Congreso Hacia un objetivo cultural en la Agenda de Desarrollo Sostenible
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Mtra. Marina Ortiz Martínez



            Desde una perspectiva cultural, encontramos dos áreas de oportunidad a
          desarrollar: la cultura de la participación y la responsabilidad ciudadana, con
          la finalidad de erradicar la creencia de que alguien más debe hacerlo por no-
          sotros. Un ejemplo de ello es la problemática del agua; creemos que es solo
          responsabilidad  del  gobierno  cuidar  de  ella,  pero  cuando  somos  nosotros
          quienes la desperdiciamos, no nos preocupamos. Otra área es la cultura del
          respeto, donde es necesario trabajar en la empatía hacia la sociedad.


            La tercera es la cultura del conocimiento, que estamos desarrollando en
          este preciso momento al asistir a este tipo de congresos. Con ello, nos com-
          prometemos a aprender e involucrarnos. La finalidad no es solo conocer datos
          exactos para hablar de estas problemáticas, sino también comprender que
          podemos generar pequeños, pero importantes, cambios que están a nuestro
          alcance en el día a día. Asimismo, el gobierno puede y debe involucrarse to-
          mando en cuenta las necesidades específicas de cada sociedad para llevar a
          cabo iniciativas de ley.

            De esta manera, la cultura de la participación, el respeto y la solidaridad
          son claves para progresar. No basta con la participación de los presentes en
          este foro, así como de los funcionarios, investigadores, etcétera; se necesita la
          formación de una conciencia en la que nosotros, como ciudadanos, reconoz-
          camos que podemos coadyuvar con la educación ambiental mediante accio-
          nes efectivas.


            La problemática de la basura, el agua y, en general, de la contaminación
          no es un tema exclusivamente de interés de los ambientalistas, sino de todos,
          especialmente de las generaciones futuras. Por ello, quien no trasciende con
          sus acciones difícilmente tiene existencia. Si todos conociéramos la importan-
          cia de “La Carta de la Tierra”, nos organizaríamos para firmarla y emprender
          acciones encaminadas a su cumplimiento.

            Podemos  observar  el  ejemplo  de  las  grandes  potencias,  particularmen-
          te Suecia, donde son conscientes del gran valor que representa la basura al
          procesarla. En Puebla, los ciudadanos cuentan con 2.4 metros cuadrados de
          áreas verdes; sin embargo, un ser humano necesita 10 metros cuadrados para
          vivir en armonía. En cuanto al reciclaje en México y particularmente en Pue-
          bla, se producen 6,000 toneladas de residuos diariamente, y solo el 1% se reci-
          cla. Esto evidencia la ardua tarea que tenemos por delante.





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