Page 240 - Memoria del Congreso Hacia un objetivo cultural en la Agenda de Desarrollo Sostenible
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Intervención del Dr. Cirilo Rivera García


              e gustaría puntualizar y retomar lo relacionado con la Norma de Igual-
         Mdad Laboral y No Discriminación, Norma 025, que implica el desarrollo
          de un manual de lenguaje incluyente. En la BUAP, a través de la Dirección
          Institucional de Igualdad de Género (DIIGE), se ha creado un manual que
          presenta una visión muy importante, ya que aborda temas de discapacidad,
          capacitación e interculturalidad; es decir, una visión interseccional, pues de-
          bemos nombrar a quienes viven y habitan en diversos cuerpos, consideran-
          do todas sus posibilidades.

            Algunas de las actividades que se han generado desde la DIIGE en colabo-
          ración con la BUAP, por ejemplo, incluyen la misión llamada "Debates desde
          la Academia", donde se abordan temas en condiciones de igualdad mediante
          el uso de medios audiovisuales. Este trabajo no es sencillo, ya que debemos
          considerar qué es lo que la población estudiantil está consumiendo actual-
          mente. De esta manera, uno de los retos que enfrentamos es cómo generar
          contenidos de reflexión que sean tanto atractivos como accesibles. También
          contamos con la participación de varias áreas académicas, como es el caso de
          la Escuela de Artes de la BUAP, que presentó una exposición sobre violencia
          contra las mujeres en la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria.

            Existe un gran número de maestros y maestras interesados en esta proble-
          mática. Antes lo veíamos como algo lejano, pero hemos encontrado caminos
          a partir de la impartición de estos módulos. Creo que eso es lo gratificante,
          y me quedo con esos espacios de posibilidades, aunque reconozco que aún
          nos queda mucho por hacer. Entiendo que no hay una receta para trabajar
          con hombres, pero podemos construir juntos estrategias para prevenir y erra-
          dicar las zonas de violencia contra las mujeres. No podemos hablar de igual-
          dad mientras las mujeres sigan sufriendo cualquier tipo de violencia, o si los
          hombres no generamos acciones específicas para atender nuestras propias
          violencias. Sin embargo, sí podemos hablar de alternativas a masculinidades
          basadas en una cultura de paz e igualdad.












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