Page 283 - Memoria del Congreso Hacia un objetivo cultural en la Agenda de Desarrollo Sostenible
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Conversatorio 8. Derecho Humano a la cultura
Sé que este no es el lugar para discutirlo en profundidad, pero quiero mencio-
nar este punto como referencia. Otro aspecto que considero más delicado es
el uso del término “acceso” en la legislación cuando se refiere a la cultura en
general. Me da la impresión de que se ha hecho un uso inapropiado de esta
palabra, ya que, en realidad, deberíamos estar hablando del derecho al disfrute
y acceso a los bienes y servicios culturales que ofrecen las instituciones públi-
cas, privadas y no gubernamentales.
La segunda consideración es sobre el alcance de los ODS. Como mencioné
esta mañana, cada uno de los objetivos relacionados con el agua, la no discri-
minación, el derecho a un medioambiente sano, etcétera, subyace en prácti-
cas culturales. Sin embargo, estas prácticas no están explicitadas, y el riesgo
de no estarlo es que, como sucedía hace algunas décadas, la cultura no se vea
como un factor esencial del desarrollo. Habíamos avanzado bastante desde
1992, desde la reunión de Río de Janeiro, cuando se planteó este nuevo mode-
lo de desarrollo a nivel internacional: el desarrollo sostenible, que implicó una
revisión de los conceptos tradicionales de desarrollo económico.
Lo paradójico y el gran reto que presentan los ODS, junto con los temas
culturales, ambientales, de equidad de género y de igualdad en el marco de
la diversidad cultural internacional, es que el desarrollo sostenible es un mo-
delo de desarrollo económico que nace en un contexto antitético a los ODS.
Este modelo, promovido por la ONU, busca compatibilizarse con un sistema
económico que no guarda correlación. Por ejemplo, si analizamos el campo
ambiental, la restauración natural de los ecosistemas se basa en equilibrios
propios. Los ecólogos han estudiado esto y definen el ecosistema como un
sistema ambiental en desequilibrio permanente porque siempre se está au-
torregulando. El modelo económico del desarrollo sostenible, en el marco del
capitalismo, parece dificultar mucho los alcances planteados para esta década
y las próximas dos décadas. Si estos objetivos no se cumplen en los próximos
20 años, enfrentaremos, según datos de la UNESCO, un escenario catastrófico.
Se estima que en 30 años la población mundial pasará de 7,500 millones a
10,000 millones, lo que plantea serios desafíos.
El avance del cambio climático, el incremento de la temperatura del pla-
neta y sus implicaciones en términos de producción, la conservación de áreas
naturales protegidas y la biodiversidad, así como la degradación ecológica de
las tierras de cultivo, son solo algunos de estos desafíos. Con una población en
aumento y una menor cantidad de tierras de cultivo productivas, enfrentamos
un futuro incierto.
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