Page 87 - Memoria del Congreso Hacia un objetivo cultural en la Agenda de Desarrollo Sostenible
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Conversatorio 1. El papel de los Ombusperson para el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030
derecho internacional y los derechos humanos, en particular la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, la Carta de las Naciones Unidas, trata-
dos internacionales de derechos humanos, específicamente el Pacto Inter-
nacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y la Declaración so-
bre el Derecho al Desarrollo. Esta última, aprobada en las Naciones Unidas,
es el primer documento que hace explícito el vínculo entre el desarrollo y el
ejercicio de los derechos humanos, es decir, no hay desarrollo sin el ejercicio
y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales para
todas las personas en igualdad de condiciones y oportunidades, con respeto
a la libre determinación de los pueblos. En este sentido, esta agenda hace
un llamado a los Estados a respetar, proteger y promover los derechos hu-
manos, empoderando a las personas, especialmente a los grupos de aten-
ción prioritaria como niñas, mujeres, jóvenes, personas con discapacidad,
migrantes, etcétera, bajo el lema de "no dejar a nadie atrás". Aunque la pan-
demia por COVID-19 profundizó los desafíos en todos los ámbitos del desa-
rrollo, el ideal subyacente de la Agenda 2030 sigue en pie y firme, cada vez
más apremiante en el consenso mundial por alcanzar y garantizar a todas
las personas condiciones básicas de vida digna, libres del temor y la violen-
cia. En este contexto, es evidente el papel que tienen los organismos públi-
cos de derechos humanos como instituciones clave para el seguimiento del
avance en materia de desarrollo y el ejercicio de los derechos humanos a ni-
vel local, así como en la promoción, investigación y defensa de los derechos
humanos por parte de expertos en el conocimiento y en los diferentes con-
textos, identificando estrategias de atención y políticas públicas orientadas
a observar estas metas.
Otro tema fundamental es recordar que la Agenda 2030 no se compone
de metas y objetivos universales que deban aplicarse uniformemente en
cada país, estado o municipio; por el contrario, son instrumentos que nos
invitan a diseñar estrategias y políticas adaptadas a los contextos locales. Es
precisamente aquí donde creo que el aporte de los organismos públicos de
derechos humanos es fundamental, con la ayuda de expertos en contextos,
situaciones y dinámicas a nivel local, siempre desde un enfoque de dere-
chos humanos. Es decir, desde una mirada integral, con una perspectiva in-
tersectorial de género, de participación e inclusión de todas las personas. De
ahí la importancia de este enfoque transversal en su aplicación, que permite
analizar de forma global e integral la gobernanza en cada municipio. De
esta manera, se identifican puntos estratégicos de atención, mejora y avan-
ce, considerando las diferentes condiciones de vida de las poblaciones, sus
preferencias y situaciones de vulnerabilidad. Es fundamental que, a partir
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