Page 58 - Derecho humano a la cultura. Colecciones y coleccionismo
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Alejandra Ramírez Gallardo



        la memoria y cultura de un país, una región, o un pueblo. Definir su futuro en la
        actualidad, supone un reto para justificar la permanencia de una institución que está
        íntimamente ligada a los procesos imperiales del siglo XVII. No obstante, el reco-
        nocimiento de su valor pedagógico para la construcción de ciudadanía es innegable
        (Duncan y Walach, 2012; 2008).


        Sí bien, la repatriación de objetos, es decir, la devolución de los objetos en posesión
        de museos receptores ubicados en territorios extranjeros sin el consentimiento de sus
        países de origen marca un hito en la transformación de la institución museal (Karp
        y Kratz, 2006), esto, es solo un precedente en una serie de prácticas y debates, que
        tienen por objetivo comprender cómo las colecciones y exhibiciones continúan ha-
        ciendo una apología a la colonización, haciendo de su transformación un imperativo.


        Con ese antecedente, desde la última década del siglo XX, desde las instituciones
        museales, se han impulsado acciones para su transformación, las cuales apuntan a
        resarcir el daño histórico que los procesos de colonización han dejado en los víncu-
        los memoriales de los pueblos víctimas hacia su patrimonio (Goldwater, 2012; 2008),
        situando en entredicho la legitimidad del discurso que se representa en los museos
        nacionales (Preziosi, 2012; 2008). Al mirar desde una perspectiva amplia dichos pro-
        cesos, destacan las acciones que han desarrollado los pueblos nativos de naciones que
        comparten un pasado colonial, como Estados Unidos de América, Australia y Nueva
        Zelanda (Ames, 1992).


        Entre dichas acciones, se encuentran: restitución de restos humanos a sus contextos
        mortuorios originales (Bouquet, 2012); devolución de objetos a las comunidades que
        tienen una conexión espiritual o histórica con estos (Lonetree, 2012); desmonte de
        discursos museográficos que no representa la visión del mundo de las comunidades re-
        presentadas (Schildkrout, 2012; 2008); y la participación de representantes de los pue-
        blos indígenas y comunidades minoritarias en las prácticas curatoriales (Simon, 2010).


        Con esa base, se perfilan los ejes deontológicos orientadores para transformar los mu-



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