Page 60 - Derecho humano a la cultura. Colecciones y coleccionismo
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Alejandra Ramírez Gallardo



        ante la proliferación de museos nacionales durante el siglo XIX interpela el interés de
        presentar procesos de construcción nacional sustentados en una cultura dominan-
        te; advierte que esta forma operativa, constituye un problema a vislumbrar, en tanto
        obliga a definir lo que se exhibe y almacena en los museos, se pregunta así: “¿Qué van
        a contener los museos? ¿Los adornos de los reyes y los emperadores o las creaciones
        culturales de la gente en las aldeas, las minorías étnicas, los pueblos indígenas, o los
        diferentes grupos de inmigrantes?” (Stavenhagen, 2010).


        Intentar dar respuesta a estas preguntas obliga a considerar que los museos históri-
        cos y antropológicos reclaman para sí, ser una institución pedagógica que relaciona
        y pone en contacto predeterminadamente una narración que articula la movilidad
        de los visitantes, las aproximaciones visuales, auditivas y sensoriales con un acervo
        definido como patrimonio de una región o de una nación y con las transformaciones
        profundas que se suscitan en los museos etnográficos, estos asumen su compromiso
        para renovarse permanentemente, atendiendo al dinamismo de los pueblos y el reco-
        nocimiento del patrimonio multicultural conforme a las dinámicas desde quienes se
        adscriben como tal (Nederveen, 1997).


        En ese sentido, tanto las instituciones y las identidades de los pueblos son dinámicas,
        y, por consiguiente, los procesos que cada pueblo realiza para construir su represen-
        tación en los museos lo son también. Respetar, propiciar y acompañar estos procesos
        desde la institución museal, supone ya un ejercicio de los derechos culturales (Bastías,
        2013). Me surgen así, las preguntas que orientan el presente trabajo:


        ¿Las comunidades que han permanecido ajenas a los museos desean participar en la
        construcción de su representación en estos?, y si es así, ¿cómo representan la diversi-
        dad de sus culturas y sus formas de vida en un discurso expositivo?, ¿cómo participan
        las comunidades en este proceso? En las siguientes líneas, intentaré dar respuesta a las
        preguntas planteadas a la luz de una experiencia desarrollada en un museo regional,
        misma que ha sido fundamentada en los principios metodológicos de la Nueva mu-
        seología.



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