Page 99 - Derecho humano a la cultura. Colecciones y coleccionismo
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El vertiginoso mundo de las colecciones...



          lógicas a la Academia de Puebla entre ellas: Pedro y José María Santíes que en 1873,
          ellos adquirieron algunos objetos como ídolos y máscaras procedentes de Cholula y
          Tepexi; José de Jesús Arenas por su parte, donó un ídolo de serpentina (Prieto, 2014).


          El Museo de Antigüedades de la Academia se conformaba por pinturas, dibujos y
          esculturas, además unas estanterías con diversos objetos entre los que destacan restos
          fósiles, lienzos (posiblemente códices), armaduras, numismática, momias y materia-
          les arqueológicos descritos como ídolos y esculturas (Carrión, 1896). Para ese tiempo,
          la clasificación de los objetos se asemejaba al gabinete de antigüedades pues el museo
          aún no se concebía como un espacio estructurado ni mucho menos claro en sus fun-
          ciones. Las formas de acomodo y ordenamientos sólo se entendían de acuerdo con la
          visión de los encargados. Por otro lado, la recopilación de objetos arqueológicos fue
          producto de la investigación que algunos científicos y exploradores que realizaban es-
          tudios en el país; al mismo tiempo, documentaron los hallazgos y objetos que forman
          parte de las culturas prehispánicas como el francés Desiré Charnay en el sureste o el
          noruego Carl Sofus Lumholtz en occidente, por mencionar algunos.


          Para el caso de la ciudad de Puebla, uno de los casos relevantes relacionado con el co-
          leccionismo arqueológico, fue el alemán José Dorenberg. Desde su llegada a la ciudad
          de Puebla comenzó a recolectar piezas; poseía una rica colección arqueológica que
          vendió al Antiguo Museo Nacional con la intención de complementar las colecciones
          mexicanas que viajarían a la exposición Histórico-Americana de Madrid en 1892 (Del
          Paso y Troncoso, 1893; Van Meer, 2010). La colección se integró al Antiguo Museo
          Nacional y actualmente es una de las colecciones arqueológicas más importantes del
          Museo Nacional de Antropología.



          En 1926, por iniciativa del gobernador Claudio N. Tirado, se creó el Museo Regional
          de Estado Casa de Alfeñique adquiriendo parte de las colecciones de la Academia de
          Puebla incluidas las arqueológicas. Además, hubo donadores de colecciones al mu-
          seo como Manuel M. Larre, el presbítero Eduardo M. Ruiz, y José Mariano Bello; las
          personas encargadas del establecimiento del Museo también solicitaron en préstamo



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