Page 202 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        precisamente para personas sordas. Ahí mismo, los fines de semana, se desarrolla
        una liga de fútbol para sordos. Los sábados participan los hombres y los domingos
        las mujeres. Algunas ocasiones, luego de asistir a la congregación de señas en Mil-
        pa Alta los sábados o después de acudir al Templo de San Hipólito los domingos,
        asistí por mi cuenta para presenciar los encuentros de fútbol. Ahí conocí a Omar, el
        líder de la liga mexicana de fútbol para personas sordas (o con discapacidad audi-
        tiva como aparece en los carteles informativos). Luego de mi primer encuentro ahí,
        coincidí con él y su pareja Beatriz en diversos eventos de la comunidad Sorda.


               En esta liga también juega Rodolfo, un colaborador de IncluSor, con quien
        también llegué a asistir. Ahí también me encontré con personas que había conocido
        en el Metro de la ciudad, tal como describiré en unos apartados más adelante. Si
        bien se trata de un sitio administrado por la Alcaldía, la liga de fútbol es indepen-
        diente y se asentó aquí desde 2013, aunque Rodolfo me dijo que anteriormente han
        ocupado otras sedes.

               Se trata de un lugar concurrido en el que cada fin de semana llegan equipos
        no sólo de la Ciudad de México, sino también de municipios colindantes del Estado
        de México. Al ser un sitio gestionado por el gobierno, la apropiación de lugar es com-
        plicada porque contrasta con algunas prácticas prohibidas como el beber alcohol,
        especialmente al final de los partidos. Algunos suelen introducirlo de contrabando.
        En ocasiones no faltan los altercados relativos a la competencia deportiva e incluso
        por el dominio del recinto sobre quiénes tienen permitido el acceso, quizá porque
        se les considera personas conflictivas, como pude observar en un par de ocasiones.

               Los otros dos lugares deportivos que no conocí directamente, pero que fue-
        ron señalados en múltiples ocasiones por diferentes personas con las que trabajé,
        son las instalaciones de la Confederación Deportiva Mexicana (CODEME) y el centro
        paralímpico dentro de ciudad deportiva en la Alcaldía Iztacalco y en la Alcaldía de
        Benito Juárez el deportivo que lleva el mismo nombre. Por ejemplo, Mariana indicó
        que solía reunirse con más personas sordas en el centro paralímpico y Daniel jugaba
        fútbol con más sordos en el deportivo Benito Juárez cerca del Metro Zapata en la
        Alcaldía de Benito Juárez.

               Hasta aquí, todo el conjunto de redes de lugares hasta ahora descritos, de la
        ENS al INR, las pastorales católicas, las congregaciones de señas de los Testigos de
        Jehová, las escuelas y los espacios de gobierno (escuelas, bibliotecas, centros depor-



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