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Geografía Sorda
Ahora bien, la inclinación de Daniel por la UACM se vincula con la posibilidad
de contar con intérpretes pagados por la universidad pública. En la UNAM Mariana
estudió la carrera de pedagogía, pero fue en línea. Por un lado, el trabajo y el cuidado
de su hija dificultaban su asistencia todos los días a la universidad, pero también se
debió a que en dicha universidad no se cuenta con intérpretes de planta. De acuerdo
con Mariana, cuando ella estaba en la UNAM, era la única estudiante sorda.
Denisse y las intérpretes de señas, incluida Diana, saben que van comenzan-
do en un proyecto inicial sobre el que se aprenderá en la marcha. Como pude obser-
var en mi breve estancia en la UACM, la propia experiencia de los alumnos sordos y
de las intérpretes, cuya labor han desarrollado en escuelas que he citado, serán car-
dinales para orientar a los profesores y especialmente para producir conocimiento
en LSM. Tal como refieren Gulliver y Kitzel (2016), los espacios sordos son espacios
donde se produce conocimiento. En este contexto, donde nuevos términos acadé-
micos emergen para los sordos, pude observar cómo interactuaban el profesor de
biología, las intérpretes y los jóvenes sordos, quienes comenzaban a proporcionar y
acordar señas según la explicación del concepto. En el mismo sentido, Jorge comen-
ta cómo se producen señas en el Centro Clotet:
Yo en la escuela, en el Centro Clotet, ¿qué hago? ¡Términos de ciencias que no existen! Entonces,
mi tarea, ¿cuál es?, te explico: qué significa, lo desgloso, lo desmenuzo, te explico qué significa,
entonces tú dame la seña y es local, nada más para nosotros, para funcionar en cuestiones educa-
tivas (Entrevista con Jorge).
Es posible que la seña producida en un contexto muy concreto, trascienda y
se socialice, pero al igual que en la UACM, son las personas sordas las que constru-
yen la seña a partir de la descripción ofrecida por el intérprete y profesor. Desde mi
punto de vista, el que no existan señas relativas a contextos sociales especializados
como la ciencia, no significa que la lengua de señas sea «pobre» como muchas veces
se llega a creer. Por un lado, los intérpretes capacitados podrán explicar el concepto.
Por otro lado, la ausencia de señas en ámbitos como la ciencia es más bien expresión
de la exclusión de las personas sordas de estos lugares. En la medida que conquistan
lugares en los que anteriormente no tenían cabida, como las universidades, el acer-
vo lingüístico de la comunidad incrementa.
Al mismo tiempo, la presencia de sordos en nuevos contextos, no está exenta
de generar vicisitudes. Es cierto que para muchos oyentes, nuestro primer encuen-
tro con personas sordas produce una desestabilización y aquí no ha sido la excep-
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