Page 416 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
cargo público. El proselitismo, la aparición en los medios de comunicación, convertir-
se en un político que puede regir para mal a la sociedad o que es adulado, lo mismo
que odiado, constituyen prácticas rechazadas. La persona puede optar por acceder
a este mundo, pero tendrá repercusiones, incluida la expulsión definitiva de su co-
munidad religiosa. Incluso no es bien visto hablar de política, aunque alguna ocasión
noté ese deseo reprimido de hablar sobre un tema que a menudo mueve las pasiones.
Ahora bien, más allá de trabajar en el gobierno, resulta el hecho de que la
posibilidad de culto, como el de los Testigos de Jehová, abreve de las políticas libera-
les como ocurre en México. Durante el capítulo III describí en qué contexto y en qué
condiciones arribaron a México. El Estado como mecanismo de gestión de desastres
naturales o pandemias, entre otras tantas adversidades, no sólo está imposibilitado
de erradicarlas, sino que forma parte del sistema de cosas. Para los Testigos de Je-
hová no es aventurado señalar que los gobiernos están regidos por el Maligno, bajo
la falsa idea de que las organizaciones humanas podrán resolver los infortunios que
nos aquejan. Sin embargo, emitir afirmaciones de este tipo es posible dentro de con-
textos en los que se presume la libertad de creencias religiosas.
Anteriormente en Quebec, Canadá y todavía hoy en Rusia no es posible ser
Testigo de Jehová, pues dicha religión ha sido prohibida por considerarse extremis-
ta y atentar contra la seguridad nacional. Ante estos casos bien conocidos entre los
Testigos de Jehová, la organización religiosa ha apelado una y otra vez al derecho
de reunión y de creencia religiosa, un derecho que debería de avalarse por los Esta-
dos. En consecuencia, los Testigos de Jehová suelen recurrir a la defensa legal en los
tribunales estatales. Para su operación en México se precisa de un registro ante la
secretaría de gobernación, misma dependencia que suele realizar visitas de inspec-
ción a algunos de sus establecimientos. 187
Ubicados en decenas de países por todo el mundo, los Testigos de Jehová,
junto a otras tantas religiones, constituyen una «comunidad imaginada» (Anderson,
1993) global que trasciende los marcos de los Estados nación, pero que se sirven de
sus legislaciones para existir de esta manera. En este sentido, los Testigos de Jehová
187 De hecho, me parecía que el sistema de cosas describe muchos de los efectos de otro sistema que me era más familiar:
el capitalista. Sin embargo, para los Testigos de Jehová el capitalismo, el comunismo o cualquier otro sistema político y
económico, también constituyen procesos que denotan al sistema de cosas.
Si se concibe cantar el himno nacional y hacer el juramento a la bandera como preceptos de una suerte de credo impuesto
por el Estado, los Testigos de Jehová se rehúsan a realizarlo, lo mismo que a recibir donaciones de sangre; actividad relacio-
nada con la función del Estado (y las entidades privadas autorizadas) de preservar la vida.
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