Page 420 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        se anida en un sistema de cosas, pues para los Testigos de Jehová la imperfección es
        transversal a la condición humana. La manera de pensar, obrar y ser físicamente refle-
        ja nuestro desperfecto. Sin embargo, esta abstracción no implica el dejar de reconocer
        formas específicas de imperfección como sucede con las discapacidades. Al consti-
        tuirse como creencias que circulan entre los miembros de la comunidad religiosa, los
        sordos habrán de asumir su condición sensorial como parte de la imperfección.

               Durante la misma entrevista colectiva realizada en Texcoco, los representan-
        tes de la organización me leyeron algunos pasajes en los que se indicaba la facultad
        de curar gente que Cristo tuvo en la Tierra de curar, como hacer que un «paralítico»
        se levantara y caminara. 190  Empero, están lejos de creer que hoy un milagro pueda
        «curar» a un sordo o a un ciego. En suma, dentro de las congregaciones de señas no
        es común manifestar que la falta de audición sea resultado de un pecado, aunque se
        entiende de ese modo, y mucho menos de milagros terrenales. Empero, de lo que sí
        se habla es de una «promesa». Los milagros que Cristo realizó, son una muestra de
        lo que ocurrirá en un futuro no determinado, pero cercano.

               Durante la entrevista que sostuve con Rafael y Armando, Ancianos de la con-
        gregación de señas de Milpa Alta, tuve noticia sobre el milagro que Jehová guarda
        para los sordos cuando el presente sistema de cosas sea reemplazado por el Reino
        de Dios. Para ambos, el deseo de seguir adelante con la congregación se debe a que:
        «tienen una esperanza que les promete la Biblia, que en un futuro a la mejor van a
        llegar a oír. Entonces ellos viven con esa meta… esa esperanza que es real, pero los
        sostiene…» indicó Rafael.

               El libro «¿Qué nos enseña la Biblia?», utilizado para los recién llegados o in-
        teresados por la fe de los Testigos de Jehová, muestra desde sus primeras hojas con
        imágenes cómo las discapacidades desaparecerán. Al ver la imagen, cuando recibía
        el estudio de parte de quien se ofreció a atenderme, pregunté si los sordos también
        escucharían, pues se hacía referencia a un ciego que dejaba las gafas oscuras y a una
        persona que se desprendía de la silla para andar erguida. Respondió afirmativa-
        mente: Jehová promete que les va a dar la posibilidad de oír. Para que estas prome-


        190   En Marcos 7:32-35 se cuenta que a Jesús: “le trajeron a un sordo que además tenía dificultades para hablar y le suplicaron
            que pusiera su mano sobre él. Él se lo llevó aparte, lejos de la multitud. Puso sus dedos en los oídos del hombre y, después
            de escupir, le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró profundamente y le dijo “Éffatha”, es decir, “Ábrete”. Al instante se le
            abrieron los oídos y su dificultad para hablar desapareció, y empezó a hablar con normalidad” (La Biblia, 2020: 1447).  Esta
            breve interpretación no apela a la dificultad de comunicación entre Dios o Cristo con las personas sordas. Al parecer, las
            barreras idiomáticas no son problemas de lo divino.

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