Page 423 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Relaciones con el Estado, espacio público y
                                  sentidos sobre ser sordos en cuatro grupos



          de su idioma». En efecto, esta expresión salió a flote en pláticas informales y durante
          entrevistas. Aun cuando sabía de antemano que los Testigos de Jehová no probaron
          con la oralización de los sordos, decidí preguntar por la posibilidad de aplicar este
          método, ya sea que hubiese sucedido en el pasado o como plan para el futuro:

                Somos Testigos de Jehová y queremos dar a conocer la palabra de Jehová en el lenguaje de las
                personas, que llegue a su corazón, por eso se vio a bien utilizar un lenguaje que la mayoría pueda
                entender y que puedan llegar a cierto nivel en que puedan decir: «esto es algo que entiendo, que
                comprendo». Más que poner esfuerzos, quizá en otro tipo de técnica que tal vez tomen su tiempo,
                que quizá sean efectivas para ciertos individuos, pero para otros no (…) se ha visto que el lenguaje
                que realmente llega a su corazón es el lenguaje de señas, porque hemos visto que ya no importan-
                do qué tipo de sordo sea, su estatus, su circunstancia, pueden llegar a comprender muchas cosas.
                En cambio, cuando hemos visto que se pone esfuerzos en oralizar, en hacer un tipo de interpreta-
                ción que le conocen como español signado, pues sólo algunos que quizá fueron a cierta educación
                o que tienen cierta capacidad o habilidad pueden llegar a entenderla (Santiago, representante de
                los Testigos de Jehová).


          Según sus propios medios y fines, a lo largo de su experiencia los Testigos de Jehová
          arribaron a conclusiones muy similares a las esbozadas por académicos sobre la
          imposición de los métodos auditivos y orales. Rafael, «siervo» de la Congregación
          de señas de Milpa Alta, deja ver cómo la idea de llegar a su corazón se relaciona con
          el esfuerzo de parte de los oyentes en hallar la mejor manera de comunicar, apren-
          diendo algo que no se ofrece al participar en congregaciones que son de su mismo
          idioma, en este caso el español:
                Aquí lo que aprendemos, lo que tú no aprenderías en otro lado, pues eso: de que aquí tú tienes
                que demostrar lo que sientes por dentro por alguien. Si tú, por ejemplo, das una información ahí
                arriba (en el estrado) de algún tema, ¿cómo puedes hacerle tú para que le llegue al corazón al
                que te está poniendo atención? Tú puedes estar leyendo y todo eso, pero ¿cómo sabes si le llegó
                al corazón?, entonces con las señas y los gestos que tú haces, tú tienes que llegarle al corazón al
                sordo y el sordo tiene que sentir, ¿si me entiendes? (Rafael, «siervo» de la Congregación de señas
                de Milpa Alta).

                 A diferencia de muchas instituciones médicas y educativas, públicas o pri-
          vadas, empeñadas en remediar la audición y ejercitar el habla oral, los Testigos de
          Jehová habrían comprendido muy pronto la cualidad comunicativa de las lenguas
          de señas. Alguna ocasión una intérprete de señas que había conocido de cerca a los
          Testigos de Jehová señaló en una reunión: si el gobierno aprendiera de los Testigos
          de Jehová y se aplicaran los mismos bríos, la educación de los sordos sería otra. El
          lamento también se debe a que los Testigos de Jehová no se conciben como educa-
          dores o instructores de lengua de señas y tampoco de español para sordos:

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