Page 424 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia



             Algunos sordos en poblaciones rurales, pues no tienen un lenguaje estructurado, entonces los Tes-
             tigos de Jehová llegan, pero principalmente no a enseñarle señas, sino enseñarles la verdad de La
             Biblia, a la vez de que les van enseñando con esa enseñanza bíblica el lenguaje de señas. Entonces
             nosotros lo que queremos es que comprendan las verdades de La Biblia, el mensaje de Jehová. No
             estamos concentrados tampoco en ser maestros de lenguaje o maestros de español. No es nuestra
             función de la organización (Braulio, representante de los Testigos de Jehová).


               El aprendizaje lingüístico queda en segundo plano o subsumido por el co-
        nocimiento religioso. En pocas ocasiones los Testigos de Jehová ofrecen cursos de
        LSM. Generalmente se aprende sobre la marcha al interior de las congregaciones de
        señas. Este mecanismo más «natural» en términos de sociabilidad, es avalado por
        otros grupos que expresamente se dedican a la enseñanza de lengua de señas. Quizá
        este sea uno de los factores que más promueven el aprendizaje por parte de oyentes
        e incluso por sordos. A diferencia de otros sitios, aquí la lengua de señas no adquiere
        un uso comercial.


               Al ser un mero conducto probado para hacer llegar a sus corazones las ense-
        ñanzas de Jehová, la lengua de señas adquiere la connotación de medio y no un fin.
        En el proceso de tratar de comunicarse con los sordos, se dieron cuenta que otros
        métodos, incluso basados en señas, están lejos de producir mensajes con sentido
        para los sordos:

             Con el tiempo hemos ido ganando esa experiencia. Al principio pensábamos que era enseñar se-
             ñas, señas, pero nos damos cuenta de que como cada sordo es diferente, tienes que adaptarte a
             ellos, entonces el reto está en conocer a la gente como es, cómo ayudarle; sí a que aprenda señas,
             pero adaptándonos un poco a lo que ellos puedan comprender, no imponiendo como si fuera una
             escuela: estas son las señas y no hay más (…) hacemos usos de recursos, no sólo de lenguaje de
             señas, sino también técnicas visuales, nos damos a entender, digamos, con ellos porque nuestro
             objetivo como te digo es que entienda La Biblia, entiendan lo que Jehová quiere, más que domi-
             nar un lenguaje (…) pero hay quienes con el tiempo llega a haber una comunidad, llega a haber
             un intercambio de conocimientos del lenguaje y alcanzan una media, digamos (Santiago, repre-
             sentante de los Testigos de Jehová).


               Para los Testigos de Jehová la distinción entre «lengua» y «lenguaje» es poco
        relevante. Se utilizan como si fuesen sinónimos. Más allá del esmero por tratar de
        comunicar a través de las señas, la imprecisión revela el nulo involucramiento con
        su defensa como idioma en el escenario del reconocimiento político lingüístico. Los
        Testigos de Jehová, oyentes y sordos, no tienden a participar en las discusiones so-
        bre la LSM y su inserción en la educación pública o la interpretación en cualquier
        ámbito de interés público. No obstante, pone de relieve un fenómeno gregario que


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