Page 59 - Más allá de la razón oyente digital digital
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La trama de la razón oyente en Occidente
1. Audición, palabra y razón: sordo, mudo y tonto
Desde la antigua época griega se estableció un vínculo mecánico entre la falta de
audición con la falta de habla oral (mudez) y con una afectación mental que en la
literatura anglosajona se interpreta como dumb (tonto). Tal asociación, ya sea con
la mudez o con ser tonto, parece asociarse con una interpretación diferente que los
estudiosos han hecho de un pasaje de «Historia Animalium» escrito por Aristóteles.
Autores como Ferreri (1906), Pallí en la traducción de Investigación sobre los ani-
males de Aristóteles (1992) y Rose (2006), sostienen que el filósofo escribió: «Aque-
llos que son sordos de nacimiento también son mudos. Pueden emitir ‘sonidos’ o
‘voz’ (dependiendo de la traducción) pero no ‘habla’ o ‘lenguaje articulado» (depen-
diendo de la traducción). En contraparte, autores como Peck en su traducción de
History of Animals, Volume I: Books 1-3 de Aristóteles (1965), en la compilación de
Barnes en la que se incluye Sense and sensiblia de Aristóteles (1991), en la traduc-
ción de Thompson de Volume IV. Historia Animalium de Aristóteles (1910) y Laes
(2011), deducen que Aristóteles señaló: «Las personas que nacen sordas, en todos
los casos también son tontas. Pueden hacer sonidos vocales pero no hablar». Final-
mente, en una interpretación mucho más distante de las dos anteriores, Cresswell,
en la traducción de History of animals de Aristóteles (1883), aduce al autor la si-
guiente afirmación: «Todos los que nacen tontos, y todos los niños, emiten sonidos
pero no tienen lenguaje».
Pese a la gran diferencia entre considerar que ser sordo es también ser
mudo o tonto (aunque claramente en la tercera no se habla de sordo), las tres in-
terpretaciones concluyen por igual que tal tipo de personas pueden emitir sonidos
con la boca, pero no un habla o lenguaje. Asimismo, más allá de estas interpreta-
ciones, sobresale el hecho de que a lo largo de la historia de Occidente hay evi-
dencia suficiente para indicar que las personas sordas fueron concebidas simul-
táneamente como mudas y tontas. Con relación a la mudez adjudicada, del pasaje
de Aristóteles, se considera que los filósofos de aquella época entendieron que la
sordera está intrínsecamente relacionada con un impedimento de comunicación
verbal por medio de los órganos internos del cuerpo (Ferreri, 1906; Laes, 2011;
Rose, 2006). Por ejemplo, si había una afectación orgánica del oído, se podría pen-
sar que esta también producía malestar en el aparato bucal. La gente de la época
antigua no comprendió la relación causa-efecto entre la función acústica del oído
y la articulación del habla por medio de la imitación en la escucha (Ferreri, 1906).
Sin embargo, los estudiosos sostienen que en la época griega la mudez recibió más
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