Page 62 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        tarse con las manos» y representar con el cuerpo los objetos, pero quizá eso no sea
        precisamente una capacidad de explicar las cosas y expresar opiniones:

             — Sócrates: Veamos, pues, qué quiere decir el término «explicación» (logos) A mí me parece que
             significa una de estas tres cosas.
             — Teeteto: ¿De cuáles?
             — Sócrates: La primera es la manifestación del pensamiento por medio del sonido que se articula
             en verbos y nombres, revelando así la opinión en la corriente vocálica como si fuera en un espejo
             o en el agua. ¿No te parece a ti que «explicación» es algo por el estilo?
             — Teeteto: Sí. En todo caso, cuando alguien hace esto, decimos que se explica.
             — Sócrates: Sin duda esto es algo que todo el mundo es capaz de hacer. Unos lo harán con más ra-
             pidez y otros con más lentitud, pero quien no es mudo o sordo de nacimiento puede indicar cuál es
             su parecer sobre cualquier cosa. De esa manera, todos los que opinan rectamente es evidente que
             tendrán la opinión acompañada de explicación y nunca podrá darse en forma alguna la opinión
             recta con independencia del saber (Platón, 1988: 308).

               Podemos interpretar que el reconocimiento de una forma de hacerse enten-
        der entre las personas sordas a través de las manos no implicó el reconocimiento
        político de una lengua, señada y visual, cuya capacidad de conceptualización, abs-
        tracción y explicación del mundo es igual a las lenguas orales. El reconocimiento de
        las señas como lengua es en realidad algo muy reciente, que comenzó a suceder en
        el mundo luego de la segunda mitad del siglo XX y ello revela las relaciones lingüísti-
        cas de poder. Un último aspecto con relación a la época antigua descrita, se relaciona
        con la medicina. Desde la medicina griega con Hipócrates, pasando por Celso en el
        siglo I d. C. en la antigua época romana, la medicina enfatizó la mudez antes que la
        sordera (Ferreri, 1906; Laes, 2011, Rose, 2006), considerando que hay nervios com-
        partidos entre la lengua y los oídos (Laes, 2011). En los escritos de Celso se encuen-
        tran tratamientos médicos específicos para la discapacidad auditiva que se basan en
        la teoría hipocrática (Rose, 2006). Laes recupera un extracto de los escritos médicos
        de Celso en los que se describe cómo la lengua de una persona fue sometida a ope-
        ración quirúrgica con la intención de hacerla hablar, aunque no se habría alcanzado
        el objetivo.

               La asociación orgánica entre oído y lengua fue un error hasta el nacimiento
        de la ciencia otológica en el siglo XIX e incluso con las observaciones y experimentos
        la confusión no se diluyó totalmente (Ferreri, 1906). Es posible que, aunado a la
        centralidad de la voz de acuerdo con la cultura oral desde los griegos, esta se encon-
        traba en un plano empírico de identificación más sencillo que la audición. Aunque,
        por otro lado, el desarrollo de artefactos para poder escuchar es tan añeja como los



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