Page 244 - Más allá de la razón oyente digital digital
P. 244

Gabriel Tolentino Tapia




        personas sordas y entre distintos miembros de la comunidad con los que trabajé
        se respiraba la sensación de una identidad global. En este sentido, las identidades
        sordas locales no son precisamente contradictorias con una identidad más global.

               Concretamente sobre los lugares y sus relaciones, Shields (2013) apunta
        que debemos partir de su carácter intrínseco de interconexión con otros lugares.
        Gulliver (2008) sugiere lo mismo con relación a los espacios sordos. En esta geo-
        grafía que presento hay lugares cuyas interconexiones son más directas en función
        de las organizaciones que los producen y los construyen. De este modo, los lugares
        relativos a los Testigos de Jehová poseen una organización y un uso supeditado al fin
        que persigue el grupo religioso. Por el contrario, los de los católicos también se vin-
        culan a una organización propia (de pastorales católicas) pero están más abiertos al
        resto de la comunidad (por ejemplo, al ser ocupados para hacer eventos de determi-
        nada asociación). En el mismo sentido, el Centro Clotet se adhiere a la organización
        religiosa, pero igualmente está vinculado a otros sitios escolares por medio de las
        trayectorias estudiantiles.

               Por otro lado, es preciso apuntar que para una geografía Sorda se vuelve
        fundamental desnaturalizar la ubicación de los lugares de personas sordas, como
        si estuviesen flotando o desvinculados de la trama social, histórica y política más
        general. Las geografías sordas pueden nutrirse más vigorosamente de un diálogo, a
        mi parecer todavía faltante, con la antropología de lo urbano. Ello nos posicionará
        frente a perspectivas en las que el espacio urbano se presenta como un simple es-
        cenario, donde se alojan ciertos lugares de personas sordas como si no estuvieran
        influidos por procesos sociales, históricos, políticos, económicos y urbanos.


               Por el contrario, el emplazamiento de lugares de personas sordas obedece a
        múltiples procesos con repercusiones sociales que también deben ser tomadas en
        cuenta. Por ejemplo, la construcción gubernamental de las líneas del Metro o la pla-
        neación estratégica y «desde arriba» de nuevas congregaciones de señas entre los
        Testigos de Jehová, son acciones que, de acuerdo con Low (2017) estarían referidas
        a la «producción» de lugares, los cuales son susceptibles de ser apropiados por los
        sujetos sordos, es decir, de ser «construidos».

               Los efectos también se vislumbran con la distribución centralizada en la
        Ciudad de México de las pocas escuelas orientadas a personas sordas que existen
        no sólo en la metrópoli, sino también en el país. Ello ha dado como resultado patro-



                                             244
   239   240   241   242   243   244   245   246   247   248   249