Page 446 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
Finalmente, al tratarse de un capítulo articulado por un conjunto de temas
controversiales donde las posiciones de los actores tienden a polemizar, he optado
por suprimir en diversos pasajes los nombres, incluso los seudónimos. La intención
del capítulo no es señalar públicamente a quienes ostentan determinada posición,
sino tratar de comprender por qué emergen las tensiones, cómo se presentan y tra-
tan de resolverse, sin perder de vista de qué maneras los oyentes participamos en
estas vicisitudes. De hecho, si bien el esfuerzo aquí consiste en procurar articular y
hasta cierto punto teorizar a partir de las distintas tensiones, como se observará a
través de algunas referencias, diversas problemáticas que abordo no son locales; se
reflejan en otras latitudes del mundo.
1. Las propiedades «individuales» y sociales de los sujetos
La comunidad Sorda se conforma por una multiplicidad de actores colectivos, diver-
sos entre sí. Cada uno de estos incluye la presencia por igual de oyentes y de sordos:
grupos religiosos, clubes deportivos, asociaciones civiles, escuelas, gremios labo-
rales y otros. Empero, el núcleo central de la comunidad «sorda» es, desde luego,
el sujeto sordo. Si obedecemos a dicho núcleo, se evidencia a su vez una pluralidad
importante: «cada sordo es diferente, verdad, hay sordos con una sordera profunda,
hay sordos con una mediana o leve o los que se conoce que tienen hipoacusia», co-
mentó en entrevista Santiago, representante del Área de comunicación de los Testi-
gos de Jehová con sede en Texcoco, Estado de México.
En la congregación de señas de Milpa Alta, también de los Testigos de Je-
hová, Armando puntualizó una impresión semejante: «eso es lo que a nosotros nos
sorprende, de todo un mundo que hay aquí entre lo que es el mundo de los sor-
dos, todos son diferentes». La apreciación no sólo proviene de oyentes que han in-
teractuado con sordos; ellos mismos, como Alondra, una de las representantes de
MEBISOR, lo reconocen: «hay un poco de niveles. Hay unos (sordos) que son más
coloquiales en las señas, otros más formales, hay otros que oralizan y ellos están en
su grupo de personas que oralizan». Finalmente, Marcela expuso un punto de vista
más o menos similar:
El sordo que interactúa con muchos sordos y dentro de la comunidad, es totalmente distinto (al
que no lo hace). Hay otros sordos que jamás tuvieron acceso a la escuela, al estudio, pero se saben
comunicar, aprendieron en la convivencia. No saben escribir algunos y entonces es complicado
para ellos. Hay otros sordos que saben escribir con algunas fallas porque no pudieron tener el
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