Page 98 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        no de las prácticas comunicativas esgrimidas entre sordos y oyentes, el capacitismo
        extiende su crítica a las condiciones corporales desde una falsa ideología de norma-
        lidad e incluye procesos socioeconómicos de opresión cotidiana y estructural sobre
        la gente con discapacidad.

               No obstante, en el audismo también se encuentra inmersa la corporalidad.
        La producción de señas, la relativa ausencia de una voz sonora, la gestualidad o la
        emisión de ruidos que no representan precisamente signos fonéticos, son también
        formas corporales de enunciarse, como bien apunta McCleary (2003). En los últi-
        mos años ha crecido la literatura que aborda ambos conceptos. Dados los objeti-
        vos del capítulo, desafortunadamente no es posible extenderse aquí sobre el tema.
        Concluyo esta parte, por un lado, rectificando que el audismo tiene la cualidad de
        discernir con más detalle las relaciones cotidianas y sutiles de poder que se ejercen
        entre oyentes y sordos. Por otro, interrogando si la razón oyente, que refiere a una
        condición sensorial específica, abreva de un tipo de «razón corporal» mucho más
        amplia, la cual involucraría al conjunto de atributos sensoriales, mentales, psíquicos
        y físicos que representan a unos y se exceptúan de otros.

               De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), entre otras cosas, el sufijo
        «ismo» refiere a actitudes, tendencias o cualidades. En consecuencia, los «ismos» re-
        flejan posiciones y actitudes prácticas con relación a sujetos, objetos y situaciones.
        Comúnmente los «ismos» de este tipo preservan una connotación negativa: racismo,
        clasismo, capacitismo, audismo y así sucesivamente. Por lo tanto, cada uno de los
        conceptos brevemente abordados en este apartado dan cuenta de distintas dimen-
        siones relativas a experiencias de tensión y opresión. Sin embargo, con el trabajo de
        campo etnográfico y luego el estudio de los conceptos, se fue trazando la necesidad
        e inquietud de hallar aspectos que vinculen a los conceptos en cuestión, en virtud de
        que parecían partir de una misma raíz u origen que los transpone y engloba.

               De ese esfuerzo, aquí apenas esbozado en sus primeras líneas, emergió la
        noción de razón oyente. En la introducción comenté elementos básicos de su defi-
        nición. Con el desarrollo del presente capítulo deseo ampliar con algunos comenta-
        rios. Como señalé en este capítulo, uno de los actos primigenios de la razón oyente,
        habría sido despojar de razón del sujeto sordo al no observar sus marcadores obje-
        tivos: primero la oralidad y luego también la escritura. Reservando el atributo de la
        razón para los oyentes, se establece un amplio margen de acción. En tanto que pen-
        samiento y acción entrelazado, la razón oyente proyectada sobre su alteridad (su



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