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Experiencias com-ún-itarias de iniciación en las señas




          a buscar dónde y cómo realizaran su primera comunión. Por las referencias que
          se dan «de voz en voz» llegaron al Templo de San Hipólito buscando el servicio es-
          piritual para sus hijas. En ese contexto fue como convencieron al padre de que las
          inscribieran a la escuela. 130

                 Es preciso recordar que el Templo de San Hipólito y el Centro Clotet parten
          de una misma administración. Sin embargo, el Templo es mucho más antiguo. Antes
          de que el Centro Clotet adquiriera este nombre, se llamó Rosendo Olleta en honor
          a uno de los sacerdotes que dio seguimiento a la atención de los sordos en parte
          del siglo XX. La centralización de la actividad religiosa, más la educativa, implicó
          que anteriormente más gente llegara al Templo. Actualmente, quienes buscan oferta
          educativa como Saúl, no necesariamente acudieron previamente al Templo. Por el
          contrario, las hermanas sordas, a las que refiere Jorge, ingresaron a Clotet mediante
          el servicio religioso disponible en San Hipólito.


                 Desde una perspectiva histórica, el Templo ha sido el primer sitio de acogi-
          da lingüística para muchas personas sordas que habitan en la ciudad, la metrópoli
          e incluso más allá de esta región. No obstante, aun cuando la finalidad del Templo
          es atender la cuestión espiritual, con el tiempo los motivos y formas de llegada por
          primera vez se han diversificado. Identifico tres situaciones en la que se da simul-
          táneamente el primer encuentro con el Templo y con las señas: 1) por invitación de
          amistades; 2) invitación escrita en alguna institución de rehabilitación y; 3) necesi-
          dad de cursos de LSM.

                 Existen lugares que se forjan como centros de atracción, ejerciendo este po-
          der mediante los vínculos y redes que sus integrantes establecen hacia «afuera».
          Esto es, a menudo las personas Sordas que se han arraigado al Templo, han hecho
          la tarea orgánica de convocar a más personas como ellas, es decir, Sordas. Esta «ma-
          niobra» social se efectúa mediante el encuentro en otros sitios, formales o informa-
          les, que congregan por poco o mucho tiempo a las personas sordas, como sucede
          con las fiestas y reuniones informales entre amistades.


                 Marcela y yo nos conocimos en IncluSor en un curso de capacitación para
          el autoempleo. Después coincidimos en los talleres de joyería que también ahí se
          daban. En 2019, cuando la entrevisté, tenía 58 años. Llegada la pregunta sobre cómo

          130   Este tipo de atención no es precisamente nueva. En su libro de relatos autobiográficos Adams (2004) narra que a los 12
              años (nació en 1955) hizo su primera comunión en el Templo de San Hipólito.

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