Page 373 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Capítulo VI
Relaciones con el Estado, espacio público y
sentidos sobre ser sordos en cuatro grupos
Generalmente se conciben los viajes como un desplazamiento en el espacio. No basta. Un viaje se
inscribe simultáneamente en el espacio, en el tiempo y en la jerarquía social (…) al mismo tiempo
que nos transporta a millares de kilómetros, el viaje hace subir o descender algunos grados en la
escala de los status.
Levi-Strauss, «Tristes trópicos».
Los capítulos etnográficos previos han tenido por objetivo examinar cómo se estruc-
tura la trama de lugares de personas sordas, así como reconocer las distintas formas
de iniciación en la comunidad y curso de vida posterior, precisamente en relación
con el conjunto de lugares propios de la «geografía sorda». El objetivo en el presente
es analizar la diferenciación de cuatro grupos: la congregación de señas de Milpa
Alta de los Testigos de Jehová, la pastoral sorda católica del Templo de San Hipólito,
un grupo de vagoneros de la línea 3 del Metro e IncluSor A. C. Con este capítulo, se
transita de la diversidad de lugares y de sujetos según sus biografías, a las distincio-
nes de grupo.
Más allá del conjunto de aspectos visiblemente característicos y distintivos
de cada grupo según sus objetivos o lo que explica la razón de su existencia (religioso
para dos de las colectividades, laboral en el caso de los vagoneros o de enseñanza
de LSM y participación más política como sucede con IncluSor), interesa examinar
cómo se constituyen y distinguen entre sí a partir de tres dimensiones más o menos
interrelacionadas dependiendo de las características y principios de cada grupo: 1) la
relación establecida con el Estado y el modo en el que tal entidad sociopolítica actúa
por medio de normas e instituciones concretas en la producción de sujetos sordos
disímiles; 2) Según el vínculo con el Estado, las formas particulares de uso del espacio
público en su dimensión tanto política e institucional como espacial y abierta al uso
de la gente (Sennett, 1978; Borja y Muxí, 2003; Delgado, 2011) y; 3) los sentidos que
circundan a los grupos acerca de la lengua de señas y el ser sordos. Cabe indicar que, si
bien puede haber concordancia entre los significados atribuidos a la lengua de señas y
a las personas, estos son independientes e incluso expresarse de modo contradictorio.
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