Page 375 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Relaciones con el Estado, espacio público y
                                  sentidos sobre ser sordos en cuatro grupos



          de los católicos. Desde luego, aunque pertenecientes a organizaciones más amplias,
          la escala de influencia de los cuatro grupos sigue siendo local, según sus objetivos
          y actividades. Los vagoneros sordos se ciñen a la venta de dulces y chocolates en la
          línea 3. IncluSor recibe en sus cursos de señas, joyería o español a sordos y oyentes
          que habitan en la ciudad e incluso parte del área metropolitana en el Estado de
          México, lo mismo que la pastoral de San Hipólito. La congregación de señas, por su
          parte, atiende un «territorio de predicación» que corresponde a la alcaldía de Milpa
          Alta y tres pueblos de la alcaldía de Tláhuac, aunque esto puede cambiar si surgen o
          se reorganizan las congregaciones.

                 También es importante señalar que cada uno de estos grupos tiene un corre-
          lato oyente: congregaciones, pastorales, asociaciones civiles (por ejemplo, de per-
          sonas con distintos tipos de discapacidad) y vagoneros. En cada caso las relaciones
          son distintas. Por ejemplo, entre asociaciones civiles de sordos y de personas con
          otras discapacidades no existen acuerdos, tampoco entre vagoneros sordos y oyen-
          tes. En el caso de los Testigos de Jehová, las congregaciones de los distintos idiomas
          tienen el cobijo de la misma organización, ocupan las mismas instalaciones y com-
          parten información. En cuanto a la pastoral sorda, esta se vincula con otras sordas,
          no así con oyentes, pero se encuentra auspiciada por los Misioneros Claretianos,
          que con oyentes y resguardan el Templo de San Hipólito, al que también concurren
          creyentes oyentes.

                 En términos de relaciones sociales, para algunas colectividades estas se dan
          en mayor fuerza al interior de las estructuras organizativas mencionadas. Este sería
          el caso principal de los Testigos de Jehová, quienes interactúan con más ímpetu en-
          tre su comunidad de fe, con sordos y oyentes. La razón estriba en la «construcción
          total de creencias», es decir, la formación y difusión homogénea de principios que
          regulan toda la vida moral y social, tienden a producir distinciones simbólicas y dis-
          tancias socio-espaciales con respecto de quienes no forman parte de esta religión.
          Los vagoneros también se ciñen con vehemencia a su grupo de trabajo, pero ello no
          impide un encuentro al exterior en ámbitos como el barrial, donde algunos de ellos
          son precisamente familiares, con otros amigos sordos fuera del Metro y ocasional-
          mente algunos también acuden al Templo de San Hipólito, particularmente cuando
          hay festividades importantes. En IncluSor y en el Templo de San Hipólito también se
          extiende la socialización más allá del grupo de referencia para interactuar con gente
          de otras asociaciones, equipos deportivos, intérpretes, líderes sordos y amistades
          sordas en general.



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