Page 434 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
Las nuevas identidades políticas pueden compartir rasgos étnicos y raciales,
pero sus demandas y posición frente al Estado son otras. No pelean por otros modos
de entender la justicia, la economía y la relación con la naturaleza y no responden
a procesos histórico-regionales, sino a una agenda preestablecida y global. Según la
autora, se trata de pueblos cuyo origen no es precisamente reciente, pero que en el
contexto contemporáneo salen a la luz solicitando derechos y legislaciones concre-
tas, en tanto que procuran visibilizarse como minorías o grupos étnicos bajo «un
guion fijo introducido por el proceso de globalización y endosado por los estados
nacionales bajo la presión de los agentes globalizadores» (Segato, 2007: 190). 201
Por su parte, Díaz (2006), basándose en Zygmunt Buaman, distingue entre
«identidades» e «identificaciones». Reserva el término identidad para aquellas co-
munidades que emergieron previo a la globalización y que poseen fronteras (terri-
toriales, sociales, simbólicas) con las que se hace frente al avance de la globalización
y el capitalismo, aunque desde luego reconoce sus limitaciones y penetraciones. Las
identidades y sus múltiples dimensiones de fronteras no son inmunes a sus efectos
ya sea en términos culturales e identitarios, sociales, territoriales, económicos, espi-
rituales. Díaz evoca a las comunidades indígenas cuando alude a las identidades. Por
el contrario, las formas de identificación son concebidas como respuesta a la indivi-
dualización y a la pretensión de crear comunidades en el contexto posmoderno de la
globalización, del que son resultado. Contrario a las identidades, las identificaciones
no contravienen al capitalismo globalizado. No se localizan en un territorio común
y se organizan por un sinfín de objetivos o motivos: posturas políticas, movimientos
sociales, sexualidad y el género, religiones, arte, entre otros tantos.
Al traer a discusión las perspectivas de Segato y de Díaz, no intento hacer
encajar forzosa y acríticamente la situación de la comunidad sorda en el marco de los
binomios esgrimidos. Existen varios puntos de desacuerdo, pero también otros que
permiten enriquecer la discusión sobre la etnicidad sorda. Por ejemplo, en cuanto a
las incompatibilidades, la comunidad sorda no representa un modo de «identifica-
ción» que haya surgido en la globalización, aunque este contexto sí ha permitido su
ensanchamiento. El origen es mucho más remoto y no responde precisamente al pro-
ceso de individualización. Lo que ha cambiado en una época reciente son las formas
de reconocimiento público y político, las maneras de autodefinición y las demandas.
201 Segato se refiere a grupos que se distinguen por algún marcador racial como las comunidades quilombolas, negros cima-
rrones y descendientes de africanos en Brasil, aunque las identidades políticas transnacionales pueden ir más allá.
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