Page 540 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        los cuales eran más caros y difíciles de conseguir en su país. Durante nuestra entre-
        vista informal puso de relieve tensiones que viven hipoacúsicos y sordos en Bolivia,
        muy similares a las que se experimentan en México, en Alemania (como expresó un
        participante del programa de En Traducción) y seguramente en otros tantos países.
        De su discurso era sugerente que se posicionara a favor de una «identidad hipoacú-
        sica», la cual no es ni sorda ni oyente. Eso que en ocasiones tanto sordos y oyentes
        señalamos como «estar a medio camino», «en el limbo» o «en medio de la nada» es
        resignificado como una identidad aparte. Constituye una operación similar a la que
        los sordos han emulado: concebir aquello definido socialmente como «deficiencia»
        en un rasgo identitario.

               Desde  hace algunas  décadas, y hasta  la  actualidad,  algunos  movimientos
        de personas sordas insisten en considerarse aparte del proyecto político y cultural
        de la discapacidad bajo el argumento de que dicha empresa los sujeta a una visión
        centrada en las deficiencias corporales, mientras que sus demandas se ubican en el
        marco de las políticas lingüísticas. En esta tesitura, no debe descartarse que tal vez
        algunos actores, como los hipoacúsicos, pudiesen tomar más fuerza y abiertamente
        decidir tomar distancia del movimiento sociocultural y político de los sordos para
        esgrimir sus demandas.

               La particularización y consecuente multiplicidad de identidades culturales
        y políticas, concomitante con la proposición posmoderna de la ilimitada diversidad
        y la premisa postestructuralista acerca de la atomización, multi-localización y mul-
        ti-direccionalidad del poder, exterioriza otras formas de asumirse y de experimentar
        formas de opresión poco visualizadas. Con ello, las «guerras culturales» no cesan.
        Sin embargo, es necesario plantear la interrogante de, si la concurrente partición o
        fragmentación identitaria, debilita, fortalece o no tiene repercusiones en las luchas
        sociales. En el capítulo III abordé otros elementos de esta problemática de la mano
        del geógrafo inglés Harvey.

               En última instancia, Wrigley (1996) aboga por recuperar toda la diversidad
        de experiencias sordas que ponen en cuestionamiento la existencia de una legíti-
        ma. Esta diversidad va más allá de la condición auditiva y lingüística, pues incluye
        la presencia de otras identidades. Wrigley (1996) y Mathews (2007) coinciden al
        señalar que es necesario poner más atención sobre aquellas identidades de clase,
        género, raza y otras que circundan a la sorda. La diversidad de estas identidades
        convergentes deja ver que la identidad y la comunidad sorda singular son un mito,



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