Page 537 - Más allá de la razón oyente digital digital
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¿Quién es el sujeto Sordo? Capitales comunicativos y liderazgo
han decidido implantar a sus integrantes más jóvenes. Es preciso cuestionarse si en
ese caso, por ejemplo, asistimos a un audismo interiorizado o, por el contrario, si
revela la imposibilidad de reducir al sujeto sordo a un perfil sensorial y lingüístico.
Dentro de los estudios sordos anglosajones se ocupa el término «élite sorda» para
hacer alusión a integrantes cuyas características los ubican en una posición singu-
lar y predilecta. Estas cualidades son, al menos: provenir de una familia sorda que
domina las señas y, por lo tanto, ser sordo de nacimiento, poseer un buen dominio
de las señas y haber tenido acceso a la educación, lo que incluye el aprendizaje de
idiomas escritos (Stokoe, Bernard y Padden, 1976; Wrigley, 1996). Formar parte de
tal élite es signo de ocupar roles de liderazgo.
Para Wrigley, sin embargo, el discurso de la «pureza», basado en el hecho de
ser sordos de nacimiento y más aún al provenir de una familia sorda, debe tomarse
con mesura y desde una perspectiva crítica. Para el citado autor, la idea de una élite
forjada por atributos «naturales» constituye un esencialismo convertido en meca-
nismo o táctica de exclusión. Al establecerse como la experiencia privilegiada y de
mayor valía, subyuga a quienes están lejos de contar con estos atributos natalicios y
genéticos. En consecuencia, constituiría la reproducción, a su modo, de opresiones
como las que dicha élite proclama combatir (con relación a los oyentes y la búsque-
da de corregir el oír y el habla).
En este marco de disputas, varios sordos resignifican aquellos elementos
transgresores que abrevan de la cultura oyente, dejando sobre la mesa algunas pre-
guntas: ¿se puede seguir siendo Sordo señante aún con implante coclear o usando
la voz?, ¿el fenómeno es distinto cuando estos dispositivos (capitalizados en tanto
que se ponen en uso y se obtienen beneficios) son impuestos verticalmente desde
los oyentes o son buscados y aceptados por los sordos?, ¿aun cuando la iniciativa
sea de los sordos, es evidencia de un audismo interiorizado? Una integrante de En
Traducción lo puso en estos términos:
hay sordos hablantes, señantes, con aparatos, sin aparatos auditivos, implante, infinidad y, aun
así, con esa diversidad son iguales con los mismos derechos. No debería importar si tienes implante
o no sabes señas, no eres igual, no vales igual, hay una diversidad porque al final todos son sordos
(presentadora del programa).
Para procurar discutir cómo las personas se sitúan y responden a los impe-
rativos sociales de orden comunicacional, es necesario realizar análisis particulares
que permitan comprender experiencias particulares y compartidas. Por ejemplo, la
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