Page 548 - Más allá de la razón oyente digital digital
P. 548

Gabriel Tolentino Tapia




        (como objeto de estudio puramente técnico propio de una ciencia particular de las
        lenguas), los intercambios lingüísticos son relaciones de fuerza y de poder.

               Según la perspectiva cultural dominante hoy en día, la lengua de señas es
        un emblema de orgullo e identidad sorda; no obstante, también tiene un uso instru-
        mental cada vez más difundido a través de prácticas como los cursos de señas. Las
        dimensiones cultural, simbólica, social, política y económica que recubren a la LSM
        están relacionadas con diversas tensiones que la circundan. Así las cosas, la lengua
        de señas pasó de sólo tener un valor simbólico y cultural a incluir también uno de
        carácter económico. Reconocimiento social, legitimidad, estatus y acceso a un recur-
        so monetario, constituyen valores entrelazados que se disputan a través de la oferta
        de los cursos de LSM; práctica en la que participan sordos y oyentes por igual.

               Los cursos, sin embargo, sólo son la parte más visible de un conjunto de
        disputas que giran en torno a la posesión, dominio y transmisión de la lengua de
        señas. Mucho se ha dicho también, por ejemplo, acerca de quiénes son las personas
        aptas para llevar a cabo la interpretación de LSM y qué cualidades deben poseer. La
        LSM constituye el acervo lingüístico inmaterial que cohesiona a la comunidad, pero
        también es origen de rupturas y discordancias. Es aquello que permite el vínculo
        social pese a la pluralidad de grupos e identidades adyacentes (de género, laborales,
        deportivas, religiosas, políticas, educativas) a la identidad sorda, pero alrededor de
        esta y por esta se tejen conflictos, distanciamientos, arreglos y alianzas.


               En Qué significa hablar, Bourdieu (1985) pone a discusión los vínculos de
        dominación que se ejercen entre la lengua legítima y otras expresiones dialectales
        subalternas y demeritadas; todo ello en el marco del Estado-nación y de las relacio-
        nes de clase social. Esta discusión también se observa localmente con relación al
        español y la LSM. Casi al inicio del capítulo IV analicé cómo, desde un punto de vista
        médico y pedagógico, la lengua oral y escrita oficializada en la práctica (más no en
        la norma escrita) se impone a la lengua de señas mediante un conjunto de especia-
        lidades profesionales ejercidas a través de las instituciones de salud y educación. El
        análisis sobre esta relación lingüística de dominación, corresponde a un nivel más
        estructural. Sin embargo, la imposición lingüística también se manifiesta en el ho-
        rizonte cotidiano de la práctica de la LSM. En otras palabras, la relación de domina-
        ción del español por vía de los oyentes también se ha ejercido directamente sobre
        la LSM, tratando de influir en aspectos como la configuración de las señas o el orden
        gramatical. Este fenómeno, acaecido en el marco comunitario de las interacciones
        cotidianas y cara a cara entre sordos oyentes, está mucho menos documentado que

                                             548
   543   544   545   546   547   548   549   550   551   552   553