Page 586 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        pueden explicar del mismo modo. Si un oyente desea aprender LSM, deberá de es-
        forzarse por aprender la gramática y las configuraciones correctas. 276  Si los oyentes
        refrendamos el español signado o exacto y si además no existe intención de cambiar
        la práctica e incluso se desea imponer, nuevamente ahí se manifiestan las relacio-
        nes lingüísticas de poder. De igual manera, la variedad de señas por grupo, región
        o edad, no deberían de ser un motivo de queja para los oyentes. Por el contrario, lo
        que se espera es aprender de estas diferencias y respetarlas.

        Figura 12. Clase de LSM en el Templo de San Hipólito




























        Fuente: foto tomada por el autor del libro.











        275   Por ejemplo, entre algunos vagoneros observé que ocasionalmente configuraban la seña de «sordo» al revés: comen-
             zaban a indicar la boca con el dedo índice y luego la oreja, cuando se entiende que es en el sentido inverso.
        276   Por lo menos una persona hipoacúsica comentó en entrevista que cuando comenzó a aprender LSM, fue objeto de
             críticas y de burlas por su español signado; las críticas y las burlas podrían interpretarse como mecanismos de resisten-
             cia lingüística.


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