Page 587 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Conclusiones


                  Razón oyente y pluralidad; historia y etnografía






          La realización de esta investigación ha tenido como finalidad contribuir a la com-
          prensión de las relaciones entre sordos y oyentes. Partí de dos fenómenos en apa-
          riencia independientes el uno del otro, pero entrecruzados: por un lado, el influjo
          de aquello que denominé razón oyente y por el otro, el proceso de diversificación
          social e identitaria al interior de la comunidad. Según esta premisa, una primera
          apreciación consiste en identificar cuándo una manifestación de diversidad emerge
          como resultado de influencia directa de oyentes o como efecto de voluntades sordas.

                 Un ejemplo del primer tipo son los grupos religiosos. No existe a la fecha,
          que se sepa, una creencia religiosa institucionalizada dirigida por sordos y derivada
          de una entidad celestial sorda. Los Testigos de Jehová no promueven deidades o
          personas que en la Tierra se hayan destacado por atender a las personas sordas. Sin
          embargo, han hecho un esfuerzo reconocido por instruirse en señas y en transmitir-
          las. Por otro lado, el catolicismo, como religión cuya capacidad de flexibilización es
          considerable, comenzó reconociendo el poder comunicativo de las señas en el siglo
          XVI, pero no sólo eso; ha incorporado a algunas deidades que, si bien no son sordas,
          podrían adquirir la facultad divina de comunicarse en señas o de representar el si-
          lencio como virtud que armoniza con los sordos.

                 En el primer caso, durante el capítulo VI describí cómo para los Hermanos
          Claretianos la Virgen de Guadalupe pudo comunicarse con Juan Diego en náhuatl en
          el siglo XVI y ahora en el XXI lo haría también con sordos en señas. Es decir, la iglesia
          católica, bajo ejemplo de sus figuras celestiales, incorpora a las mayorías lingüísti-
          cas (quizá así fue el náhuatl de aquel tiempo) o a las minorías del presente, como
          sucede con la comunidad Sorda y seguramente con otras comunidades indígenas.
          En el segundo caso, cabe recordar a la Virgen del Silencio, quien representa por lo
          menos a una pastoral de sordos en Madrid, España por sus virtudes comunicativas,
          asociadas a comunicar con la mano y permanecer en silencio. Además, en México,
          los Hermanos Claretianos han promovido la figura del Padre Jaime Clotet quien se
          dedicó a la enseñanza espiritual de los sordos, dejando obra escrita; la más conocida
          «Catecismo de los mudos» publicada en 1870 en España.


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