Page 104 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
En cuanto a las formas de organización gremial y formas de publicación,
quizá las primeras referencias a la salud y medicina auditiva, aunque también sobre
su educación, se hallan en la Gaceta Médica de México desde la década de los sesenta
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del siglo XIX. En 1893 se fundó la Sociedad Oftalmológica Mexicana y cinco años
más tarde surgió Anales de Oftalmología. Posteriormente, en 1920 se integró al gre-
mio la gente que se había especializado en otorrinolaringología y así surgió Anales
de la Sociedad Mexicana de Oftalmología y Otorrinolaringología. 35
La instalación de todo este andamiaje médico debe entenderse como un pro-
ceso por el cual, empleando términos más contemporáneos, la función orgánico-sen-
sorial del oído debía habilitarse o rehabilitarse. Esta tarea fue generando un paula-
tino acervo por medio del registro de lo oral (en los congresos) y lo escrito (con las
publicaciones periódicas) teniendo como fundamento la atención práctica de casos
que son anotados en las revistas cada vez más especializadas. Quizá con la gaceta
Médica de México comenzaron los primeros escritos sobre personas sordas, enfer-
medad y curación, aunque es posible ubicar un par de antecedentes que se hallan
incluso antes de la Reforma. Vale la pena hacer un breve retroceso para abordarlos.
El primero se trata del libro escrito por el médico europeo H. Seoütetten,
traducido al español en 1849 por el médico José María Moreno e impreso en México,
cuyo título es: «Del agua. Considerada como higiénica y medicinal, ó de la hidrote-
rapia». Aunque no es un escrito dedicado a la curación exclusiva de la sordera, en
sus páginas es posible hallar algunos tratamientos y explicación de lo que causa la
pérdida de audición, así como procedimientos, muchos de estos con agua.
El segundo refiere al reconocido médico Luis Hidalgo y Carpio y su libro
«Medicina Legal Mexicana» editado en 1869. Se centra en el papel que el médico
debe jugar dentro de un juzgado y su relación con los otros actores involucrados.
La sección referida a los «delitos de incontinencia» remite a la discusión que en el
primer capítulo se abordó sobre la consanguinidad y la procreación de personas
sordas. Un asunto de álgido debate en el siglo XIX dentro de la publicación Ameri-
34 En el segundo tomo de 1866 la revista hacía mención sobre la llegada de Huet a México con la intención de fundar un
instituto similar a que estableció en Brasil. La nota expresaba un sentido de conmiseración: «Este cuerpo (la sociedad, el
gobierno) lo acogió con la simpatía que inspira un desgraciado privado del oído y de la palabra, y con el interés que merece
el que acomete una empresa filantrópica y humanitaria» (Iglesias, 1866: 397). Llama la atención que un tema educativo
apareciera en una publicación sobre medicina.
35 Sólo hasta 1946 la sección de otorrinolaringología se separó y emergió la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y
Broncoesofagología. Con ello, en 1949 surgió Anales de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología (Cárdenas, 1991).
Finalmente, a partir de 1956 la sociedad cambió nuevamente a Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología.
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