Page 106 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        sucedería en el contexto educativo a través de las políticas higienistas, a las que me
        referiré más adelante.

               Posteriormente, entre 1873 y 1936, se publicaron algunos otros trabajos en
        México, dentro y fuera de la «Gaceta Médica de México». En la mayoría los objetivos
        estuvieron centrados en análisis de la etiología y el tratamiento que los médicos
        emplearon. Seguramente no todos los casos merecían la pena de ser publicados.
        Tal vez algunas consideraciones singulares hacían que lo ameritara. Por ejemplo, el
        médico Chaix (1873) reportaba que su paciente había detectado que tomar un poco
        de alcohol o viajar a lugares húmedos y fríos le hacía mejorar la audición que había
        perdido luego de un fuerte golpe.


               Por su parte, el médico Francisco Vázquez Gómez (quien fue encomendado
        por el director de la ENS para visitar las escuelas europeas y norteamericanas en
        1897) escribió «La enseñanza auricular en los sordomudos» (1899). Ahí interpreta
        el trabajo realizado por Itard en Francia (ver capítulo I) y demuestra los avances de
        un trabajo sin precedentes en México: la de entrenar el oído y el habla en dos perso-
        nas, valiéndose del «audífono de tubo» (seguramente de carbono) para mejorar la
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        escucha. Pocas referencias sobre aparatos auditivos había en esa época en México.
        En todos estos casos la revisión había contemplado la observación y entrevista con
        las personas afectadas o con algún familiar.

               En algunos de los trabajos se colocó el nombre de los pacientes, sin saber si
        eran ficticios o reales. De ser los verdaderos, al parecer no era problemático e inclu-
        so se daban algunos datos extra como la localidad de residencia. Es así como pode-
        mos saber que el médico Chaix trató en 1873 a Wenceslao Tejidor, un joven cubano
        que sufrió un duro golpe que le generó pérdida auditiva. También los casos de José
        Reynoso y de José López, ambos tratados por el médico Francisco Vázquez Gómez
        en 1899.

               En todo caso, más allá del nombre, poco podemos saber de las pocas per-
        sonas que fueron registradas en escrito debido al interés médico. El sujeto sordo,
        de nacimiento o no, se hallaba en la individualidad y de frente al saber médico. Su

        38   Al menos el 17 de septiembre de 1880 el periódico La Voz de México publicó un breve artículo titulado «No mas sordos».
           La nota señalaba: «creemos que los sordos nos agradecerán que llamemos su atension (sic) hacia los aparatos acústicos
           imperceptibles de MM Franck Valery, 10, calle Richelieu, Paris» (La Voz de México, 1880: 2). Se trataba de unos aparatos
           probados y aprobados en Francia. La nota explicaba la facilidad de su uso y se comentaba que habían sido utilizados con
           resultados satisfactorios por parte de un amigo del periódico.


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