Page 23 - Más allá de la razón oyente digital digital
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vos y a las terapias de oralización?, ¿cuál es la relación entre escuchar, oralizar y
conseguir una vida mejor?, ¿la falta de ganas de salir adelante es una característica
de la comunidad sorda?, ¿la pobreza es un atributo de la comunidad sorda que se
aprende en ese contexto?, ¿cómo se reduce la cognición al dejar de escuchar?, ¿la es-
cucha será sólo una entre otras formas de cognición?, ¿la gente que se va quedando
sorda, o que es sorda de nacimiento, se desconecta de la realidad?, ¿la realidad es
únicamente sonora?, ¿si existe una belleza sonora ligada a la voz, puede existir una
belleza visual ligada a la lengua de señas?, ¿los «problemas» de audición heredados
se deben a la similitud de genes y a que se mezclan de diferentes «razas»?, ¿qué se
dice actualmente en las discusiones científicas, incluidas las ciencias sociales, sobre
las mezclas raciales y los «problemas» genéticos?, ¿qué vínculo hay entre el discurso
de la audióloga y el mercado de los aparatos auditivos e implantes cocleares?
Su presentación no se redujo a describir conceptos y a resolver dudas se-
gún su campo profesional. También construyó nociones acerca de lo que significa
escuchar, ser sordo o formar parte de la comunidad Sorda. Convirtió el asunto orgá-
nico-sensorial de la escucha, el habla oral y la comunidad en un problema social y
moral. En aquel evento la doctora no sólo poseía el atributo orgánico de la escucha
y la voz, sino también la autoridad de la «escucha y la voz biopolítica» que el cono-
cimiento médico le otorga. Esta doble condición la colocó en una relación de poder
con respecto de las personas sordas y sus familias. No menos importante sería en
este contexto su procedencia familiar y el color de sus ojos y de su piel, en marcado
contraste con el público. En su discurso mostró la intención de igualar a los sordos
con los oyentes, pero manteniendo las diferencias étnicas y raciales.
El cruce entre ser oyente y audióloga constituye una posición que no se limi-
ta a describir qué significa la ausencia de la audición y el habla oral. Desde ese mismo
«lugar» también se establecen los parámetros acerca de lo que significa escuchar y
hablar «bien» y «bonito»; a partir de ahí se prescriben los métodos médicos, tecno-
lógicos y logopédicos («corrección de la palabra») que permitirán al sujeto sordo
acercase a un estándar medianamente «normal» de audición y de habla oral. En mi
opinión, si bien orientada por el marco de su profesión, no ofreció «nada» proposi-
tivo para unos niños, sus padres y madres que estaban en el proceso de iniciación
dentro de la comunidad Sorda; un momento en el que la mayoría de los familiares
todavía tienen duda sobre si ese será el camino correcto para seguir. Incluso años
después manifiestan la misma inquietud.
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