Page 29 - Más allá de la razón oyente digital digital
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de orientación de los capítulos. Sin embargo, en el desarrollo de estos habrán de in-
corporarse otros rasgos o elementos de tal noción. Una vez que he procurado mani-
festar somera y básicamente a qué refiere (Parte 1 del libro), el manuscrito pretende
ahora demostrar (Partes 2 y 3) no sólo cómo se ha formulado históricamente, sino
también cómo se manifiesta en la actualidad, en el marco efervescente de una co-
munidad sorda cada vez más diversa entre sí, lo que incluye la presencia de grupos
politizados que confrontan de manera directa o indirecta tal tipo de razón. En esta
tesitura, el objetivo principal de la investigación es examinar cómo la razón oyente y
la pluralidad se expresan, convergen y tensionan en el seno de la comunidad sorda
ubicada en la Ciudad de México.
Cabe indicar que esta investigación surgió con la intención de examinar
cómo se mueven las personas sordas en la ciudad y tratar de comprender qué su-
cede en términos sensoriales y comunicativos durante tal experiencia. Para llevarla
a cabo, planteé ubicarme con grupos de sordos asentados en distintas zonas de la
metrópoli. Consideraba que posiblemente la ubicación geográfica estaba ejerciendo
algún tipo de influencia sobre sus movilidades. En mi imaginario estos grupos co-
rresponderían exclusivamente a asociaciones civiles o reunidos en torno de institu-
ciones de rehabilitación. Asimismo, los grupos a los que pretendía acudir serían sólo
el lugar de encuentro para volcarme completamente a la etnografía de sus movilida-
des. Al menos personalmente, y previo al trabajo de campo, las nociones de «comu-
nidad sorda» o «minoría lingüística», a menudo enunciadas en singular, evocaban
la imagen de un grupo homogéneo y también armónico. La lengua de señas sería
aquel elemento que unifica a los sordos y que al mismo tiempo los distingue de los
oyentes. Sin embargo, al sobresalir el marcador lingüístico, otros tantos atributos
sociales, políticos y culturales comúnmente pasan a un segundo plano.
Una vez que comencé el trabajo de campo, fueron emergiendo múltiples for-
mas de asociación entre sordos: religiosas, laborales, políticas, de género, cultura-
les, artísticas y así sucesivamente. El asunto de la movilidad fue desplazado al poco
tiempo por el de una diversidad que paulatinamente se dejaba ver a través de inte-
racciones y comentarios de mis interlocutores; y en ese mismo camino se revelaron
diversas preguntas que guían la investigación: ¿cómo se habían forjado esos grupos
e identidades?, ¿qué implicaciones tiene esta diversidad en términos lingüísticos?,
¿cuáles son las relaciones entre estos grupos con identidades e intereses distintos?,
¿cuáles son las formas en que cada grupo ocupa el espacio y el tiempo?, ¿qué papel
juega la clase social?, ¿qué expresa la ausencia de vínculos entre determinados gru-
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