Page 340 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia



             — ¿A qué asociaciones has ido? (entrevistador)
             — He ido a la asociación del deporte porque yo practico natación, también a asociaciones que van
             defendiendo los derechos (…) las asociaciones son de personas de edad (mayor) con experiencia
             que van a discutir cosas de política, cuestiones de maestros, cuestiones para sordos para pedir y
             exigirle al gobierno que falta mucho en educación, aprendizaje, señas, los maestros que no deben
             de humillar, respetar, que los profesores oyentes deben de saber señas. Hace un año yo descubrí
             eso, es interesante y son muy duros, muy fuertes en esas discusiones y a ver si el gobierno hace
             caso, si no nos hace caso, la asociación dice: «nos volvemos a reunir y hacemos otro escrito y lo
             volvemos a presentar». (Roberto)
             — ¿Te gustaría en el futuro tomar un papel más activo en las asociaciones y reuniones que co-
             mentas?
             — Claro, a mí sí me gustaría defender a los sordos, en inclusión de la educación, los oyentes ya lo
             tienen, a los sordos todavía nos faltan muchas cosas. Hay que animar a los sordos en la cuestión
             educativa porque hace falta, sí quisiera… (Roberto)
             — ¿Tus amigos sordos también han ido a las reuniones? (entrevistador)
             — No, es aparte, ellos, no pasa nada, hablamos de chismes, paseos, tomamos y nos reímos. Una
             asociación es algo serio, es más de estar pidiendo cosas en serio con dureza, que el gobierno no nos
             pone atención, pues insistir, es muy duro, estricto y cansado. (Roberto).

               Más allá de la sociabilidad vinculada a la amistad dentro y fuera de la escue-
        la, la mayoría de los jóvenes que entrevisté se ven poco involucrados en temas po-
        líticos y de representación comunitaria. Las últimas palabras de Roberto ponen de
        manifiesto que existe una escisión no sólo etaria sino también cualitativa entre sus
        amistades jóvenes y las personas sordas que se reúnen para hablar de cuestiones
        políticas y de derechos. Roberto participa en ambos contextos y nota las diferencias
        acerca de lo que a cada grupo le preocupa y discute. A diferencia de Alejando o de
        Jazmín, niños sordos que cuentan con determinados capitales, Roberto procede de
        una familia oyente (a excepción de su hermana) poco relacionada con la comuni-
        dad. Su posición sugiere que, más allá de los capitales adquiridos socialmente, las
        disposiciones individuales y fincadas a la inserción dentro de la comunidad, ejercen
        influencia en la manera de conducirse por la comunidad.

               Quizá en un futuro no muy distante, Roberto se convierta en un activista
        de la comunidad. Así las cosas, pareciera que desde la niñez (recordando a Noé y
        a Jazmín) y durante la juventud se configura una suerte de «biografía sorda» com-
        puesta por una serie de experiencias que, en determinados casos, desemboca en
        el activismo y en la participación política. Comencé este apartado preguntando si
        la participación social al interior de la comunidad únicamente depende de la edad.
        A ese cuestionamiento se debe añadir otro referente al avance de la trayectoria de
        vida y si su desenvolvimiento lineal necesariamente desemboca en la participación
        política. Los próximos apartados ayudarán a complejizar esta discusión.

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