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Socializaciones, politización y desencantos biográficos




                 En el dominio del trabajo, además de dedicarse a la costura en el hogar, ven-
          dió productos por catálogo de Avon hasta que su madre falleció. Después de ese
          suceso, la economía familiar mermó y comenzó a vender distintos productos dentro
          y fuera del Metro. Se trata de una actividad que por mucho tiempo los sordos han
          desempeñado no sólo en México, sino también en otros países como Estados Uni-
          dos, incluidos sordos migrantes de origen mexicano.

                — Comencé a trabajar, comencé a vender productos y así es cómo gano la vida (…) vendía calenda-
                rios, dentro del Metro yo vendía calendarios o afuera del semáforo, en la calle yo repartía. También
                me iba al Metro Zócalo y ahí compraba diferentes productos y dentro del Metro los vendía. También
                en los restaurantes repartía lo que compraba y utilizaba para las ventas (…) (en el Metro también)
                calendarios, agujas con hilos, estampas católicas y lapiceros (Marcela)
                — ¿Estabas trabajando con algún grupo o iba sola? (entrevistador)
                — No, yo sola, sola porque siempre que hay sordos en grupo hay problemas, entonces decidí estar
                por mi cuenta (…) de Chabacano a Pantitlán había problemas, me sacaban (los otros sordos) en-
                tonces por eso cambié de Lázaro Cárdenas a Tacubaya nada más que era como mi ruta (Marcela).


                 Marcela nunca se unió a un colectivo de vagoneros sordos. Es probable que
          haya tenido dificultades con los vagoneros que conocí de la línea 9, cuyo recorrido
          es de oriente a poniente y viceversa: entre la estación Tacubaya y Pantitlán. Marcela
          tiene la ventaja de vivir muy cerca de una de las estaciones de esa línea. 163  No obs-
          tante, en 2014 comenzó a tener problemas de la vista y dejó de trabajar en el Metro.
          Optó por pedir donativos (de $5.00, de 10.00 o $15.00) de casa en casa. Reciente-
          mente volvió a vender productos por catálogo, ahora de la marca Jafra.


                 Los problemas de la vista también impactaron en su participación dentro de
          la comunidad. Aproximadamente desde 1991 colaboró en una asociación con sede
          en la Ciudad de México, cuyo nombre era Centro de Desarrollo Educativo para la Cul-
          tura Sorda A. C. y desde 2007 en la Asociación de Sordos del Estado de Morelos. Pese
          al deterioro de su condición visual, recobró poco a poco su vida social con la comuni-
          dad. Sostiene que es aburrido quedarse en casa y sus hijos «ya hicieron su vida».

                 Marcela fue de las primeras en asistir a IncluSor desde su inauguración en
          2013. Fue invitada por otra compañera sorda. Ahí participó en el proyecto de canto

          163  En un artículo (Tolentino, 2022) menciono los problemas que suscita la entrada al Metro por parte de sordos que no
              están adheridos a los colectivos establecidos. En el siguiente capítulo abordo las formas de uso del espacio público
              esgrimido por cuatro grupos de sordos, incluidos los vagoneros. También en otro trabajo en coautoría (Tolentino y Sierra,
              2021) discutimos desde el punto de vista legal el caso de sordos migrantes en Estados Unidos que se desempeñaban
              como vendedores ambulantes dentro y fuera del Metro de Nueva York. Ambos estudios se desprenden del mismo tra-
              bajo de campo que dio origen a esta obra.

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