Page 366 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
en señas que IncluSor impulsó. De hecho, nos conocimos en el contexto de la asocia-
ción cuando, junto a otras mujeres sordas, estaba tomando un curso auspiciado por
el Bank of America, cuyo objetivo era fortalecer el autoempleo entre grupos en «si-
tuación de vulnerabilidad». Después coincidimos en el taller de joyería dentro de la
misma asociación. Marcela recuerda cómo fue su experiencia al inicio con IncluSor:
No tenía nada de material para el taller de joyería. Jessica me prestó material, me era totalmente
ajeno, no sabía nada de esto. Con el paso del tiempo fui mejorando, creo que los miércoles o jueves
se hacían las reuniones, entonces decidí seguir yendo. Me fascinó y me metí de lleno en todo lo que
es joyería artesanal. Empecé a hacer mis productos y se empezaron a vender muy bien, empecé a
ganar y eso obviamente me gusta y le eché más ganas (…) iba con amigas a su casa y me decían si
les gustaba algún producto, después les hacía entrega y me pagaban (Marcela).
Además de nuestros encuentros semanales en IncluSor, Marcela y yo coinci-
dimos en eventos de la comunidad sorda LGBTTTIQ+ a los que asistía para vender
sus productos de joyería; lo mismo en fechas conmemorativas como el 28 de no-
viembre, fecha en la que se celebra el Día nacional de las personas sordas con varios
eventos, pero la reunión especial es en el Hemiciclo a Juárez. Generalmente asiste
con algunas otras mujeres sordas para vender sus productos de joyería. Con el paso
del tiempo y su tránsito por una multiplicidad de grupos y de lugares vinculados a
las personas sordas, Marcela posee un acervo lingüístico prolífico; por ejemplo, du-
rante la entrevista explicó cuatro señas diferentes, nuevas y antiguas, para referirse
a la «piña». No se aferra a las «señas antiguas», que algunos consideran como las
«señas originales», pero reconoce que es importante no olvidarlas.
Mira, por ejemplo, la seña de “piña” cada sordo la «seña» de manera distinta. Yo, la forma de las
manos es esta (indica la seña), hay quienes le hacen su copetito con las manos o hay quienes lo ha-
cen como si fuera tipo cárcel o reja, otros como si fuera una fuente y es diferente y se entiende. Por
ejemplo, la seña antigua es la que yo utilizo, o haciendo más como un clasificador, pero ahora los
jóvenes utilizan formas nuevas y modernas totalmente distintas (Marcela).
Como en otras sociedades de orientación gerontocrática, ya sea a nivel de
ocupación del poder político o de forma simbólica, en la comunidad Sorda existe
una suerte de respeto y reconocimiento social a los sordos adultos mayores, como
indica Alondra, una de las representantes de MEBISOR: «cuando los sordos ya están
grandes de edad los respetamos». Para Alondra este es un elemento sociocultural de
la comunidad sorda. La distinción ocurre especialmente entre aquellos sordos que
tuvieron oportunidad de acudir a la Escuela Nacional de Sordomudos (ENS), que
provienen y han dado lugar a varias generaciones más de sordos o que son sordos
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