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¿Quién es el sujeto Sordo? Capitales comunicativos y liderazgo
davía se cree eso: como que si sabe español es más inteligente que el que no sabe
y no necesariamente. Tiene más conocimientos, pero no quiere decir que sea más
inteligente» (Iván). Como se verá más adelante, el aprendizaje de la lectura y escri-
tura del español no es negativo. Todo lo contrario: el manejo de lenguas escritas es
bien valorado y, de hecho, caracteriza a diversos líderes sordos, como otros auto-
res también reconocen de tal suerte que existen líderes monolingües y biculturales
(Frederick, 2021; Taylor, 2013).
Sin embargo, otros capitales como la voz se desaprueban (especialmente
cuando se emplea en público), situación que quedó en evidencia cuando una per-
sona oyente me lo comentó en una plática informal que sostuvimos luego de asistir
a un evento de sordos; refiriéndose a un sordo en particular indicó que le parecía
oportunista que deseara ser líder cuando tenía poco tiempo de haber aprendido
señas y siempre había echado mano de su voz para comunicarse. Aunado a la voz,
se pone de relieve que el poco tiempo de manejar las señas también es un criterio
que puede jugar en contra. Stokoe, Bernard y Padden (1976) coinciden en este tema
al señalar que los líderes estaban comenzando a distinguirse, al menos en Estados
Unidos, porque han comenzado a aprender señas a una edad más corta.
De este modo, la correlativa aceptación de determinados capitales comu-
nicacionales, y el desdeño de otros, se halla en la primera fila de «requisitos» para
acceder a la posición de liderazgo, aunque por sí solos insuficientes. En adelante
discutiré de qué maneras otros capitales evocados por Bourdieu se hallan involucra-
dos en la formación de la citada figura social. Vale la pena comenzar por indicar que
se definen como lo que «es eficaz en un campo determinado, tanto a modo de arma
como de asunto de juego en la contienda, que permite a sus poseedores disponer de
un poder, influencia, y, por tanto, existir en el campo en consideración» (Bourdieu y
Wacquant, 2005: 152).
Lo que determina la estructuración de un campo es un capital que poseen
los involucrados, pero no el único. Existen otros capitales que permiten a sus agen-
tes colocarse en posiciones de poder, dado que son intercambiables. Por ejemplo, el
capital económico no regula a la comunidad sorda, pero su posesión es indispensa-
ble para producir capital lingüístico a través de pagarse cursos de señas, solventar a
un intérprete privado y así sucesivamente. A lo largo de su obra, Bourdieu identifica
un conjunto de capitales esenciales: social, económico, cultural y simbólico. Cabe
indicar que estos capitales son intercambiables entre sí, además, el simbólico resul-
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