Page 510 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
de altos recursos no garantiza encontrarse con la comunidad. Por el contrario, podrían
servir para cubrir toda clase de apoyos y terapias clínicas privadas, así como tecnológi-
cas (el costoso implante coclear) para de-volver a la persona a la «normalidad».
Jorge, profesor de Clotet me dijo conocer a sordos de un nivel económico por
encima del promedio y que dicha condición fue un marcador de distinción y distan-
ciamiento de la comunidad sorda. Los padres se perfilaron por clases particulares
antes que inscribir a su hijo en una escuela. Sin embargo, en los casos en los que
se accede a la comunidad, no necesariamente se requiere ser multimillonario para
aprovechar los recursos económicos y comenzar a labrarse un camino, incluso hacia
el liderazgo, en la comunidad.
En otro contexto, durante una entrevista con un joven sordo que estaba
cada vez más interesado en involucrarse dentro de temas políticos asociados a la
comunidad y la lengua de señas, concordamos en conocer a una misma mujer que
anteriormente había entrevistado. Al indicar que casi no la veía en ningún tipo de
eventos, mi interlocutor respondió sin titubeos «ella tiene dinero». Hacía análoga la
condición socioeconómica con el nivel o tipo de involucramiento con la comunidad.
En nuestra entrevista la joven declaró que le molestaban los chismes que muchas
veces generan los sordos y, por lo tanto, buscaba guardar distancia reservando su
interacción para asuntos puntuales. En algunos contextos el chisme es asociado a
grupos con un nivel educativo y económico bajo. En la comunidad sorda incluso se
llega a asociar con sitios a los que acuden «sordos populares», aunque considero
que el chisme es transversal al nivel educativo, la clase social y los lugares.
La diferencia de clase social es un tema que se relaciona (y a menudo se
sustituye eufemísticamente) con una gama cada vez más amplia de términos e indi-
cadores: desigualdad, marginación, nivel de vida, garantía de los derechos, índice
de desarrollo humano, precariedad, rezago social, pobreza, vulnerabilidad y así su-
cesivamente. Asimismo, dado que el grueso de la población en México vive con bajos
ingresos, a partir de una cantidad irrisoriamente baja (15 000 pesos) si se contrasta
con los verdaderos ricos del país, mágicamente se accede a la clase media según el
discurso político y público oficial. Las diferencias de clase en la comunidad sorda, y
la sociedad en general, están sumamente gradadas, de modo que, por lo menos clase
baja y media puede convivir y hacer comunidad Sorda, pero al mismo tiempo vivir
realidades socioeconómicas muy distintas; hecho que se relaciona con la ocupación
de posiciones distintas en la comunidad.
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