Page 514 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
ternacional, cambios de residencia y el turismo son visiblemente importantes, aun-
que especialmente cuando permiten el encuentro con comunidades de sordos de
otros países, ir a estudiar temas relacionados con la lingüística de señas y la cultura
sorda, conocer universidades u otras instituciones reconocidas mundial e histórica-
mente para los sordos en todo el mundo y así sucesivamente. En efecto, contar con
las posibilidades de viajar, especialmente a otros países de manera legal, constituye
en sí mismo un acto que refleja determinada posición en la sociedad. Sin embargo,
cuando el viaje está motivado por la condición de sordo, se adquieren experiencias y
conocimientos de utilidad para posicionarse en la comunidad y que otorgan un tipo
de prestigio simbólico.
Durante una de las conmemoraciones del 28 de noviembre en la Biblioteca
Vasconcelos participó como panelista una joven, presidenta de una asociación. Des-
tinó parte de su presentación a narrar la experiencia de fundar una asociación y la
otra a compartir parte de su experiencia en Europa. De manera particular, comparó
el nivel de lectura en los países que visitó y en México, especialmente entre sordos.
Días después del citado evento, se abordó el tema de la presentación en la Biblioteca
Vasconcelos en una conversación grupal. Una de mis interlocutoras recordó la presen-
tación de la joven sorda, aunque parecía algo molesta, pues consideraba que algunos
sordos viajan a otros países, conocen otras experiencias, pero comparten muy poco,
de tal suerte que otros tengan la posibilidad de nutrirse se estas experiencias. De este
modo, en ocasiones el viaje se convierte primeramente en un símbolo de estatus.
Algunas de estas salidas tienen por objetivo conocer e incluso estudiar en
instituciones educativas para sordos famosas como la Universidad de Gallaudet en
Washington D. C. Estados Unidos, visitar instituciones antiguas o monumentos de
personajes famosos como el de l’Epée, famoso educador de sordos en el siglo XVIII
o asistir a eventos internacionales como lo es el World’s Congress of the World Fe-
deration of the Deaf, cuya celebración es itinerante. Al acudir y participar de estos
lugares y ceremonias, se forja una suerte de sordos cosmopolitas. 240 De hecho, dado
que en la época actual los grupos con intereses afines o identidades compartidas
240 De Clerck (2016) señala los impactos de esta forma de interacción en sitios locales de alcance global. Por ejemplo, la
autora describe cómo a partir de estudiar en la Universidad de Gallaudet, a menudo los sordos construyen una iden-
tidad sorda mucho más fuerte basada en las señas y el orgullo; identidad que en ocasiones contrasta con la identidad
sorda más «débil» que se aprecia en sus lugares de origen. De hecho, cita la experiencia de una sorda mexicana que
estudió en Gallaudet. Al regresar a México quiso transmitir lo que aprendió sobre la identidad Sorda, aunque encontró
«resistencia» entre los sordos mexicanos de la capital del país, quienes, según su visión de las cosas, no aceptaban una
identidad Sorda y no estaban «empoderadas». En esta tesitura. Hoffmeister (2008) señala que muchos líderes están
relacionados con la Universidad de Gallaudet. Entre otras cosas, se caracterizan por la posibilidad de viajar, manifes-
tándose como una distinción que produce algunos malestares con relación a quienes no tienen esas oportunidades.
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