Page 519 - Más allá de la razón oyente digital digital
P. 519
¿Quién es el sujeto Sordo? Capitales comunicativos y liderazgo
contestó: «por ejemplo, Juan Pérez (nombre género) es líder, sabe mucha cultura,
sabe más…»
Similar a la distinción por conocimiento de las señas, este criterio produce
una distinción simbólica importante: cultos e incultos, ignorantes y eruditos, intere-
sados y desinteresados de su comunidad y cultura. Precisamente en un lugar donde
se enseña LSM acudí con la finalidad de realizar algunas entrevistas; quien se encar-
gó de recibirme (oyente) me hizo saber que no sería fácil abordar a personas sordas,
dado que muchas no presentan el mínimo interés por asuntos que se relacionan con
su propia vida e historia comunitaria. Según mi interlocutor, el origen del desinterés
estaba en el nivel escolar de los sordos.
En mi opinión, los eventos organizados por y para sordos, son un marca-
dor social importante, en virtud de que permiten distinguir, en principio, quiénes
se enteran, quiénes sabiendo de la actividad realmente desean asistir y finalmente,
quiénes pueden hacer el esfuerzo o permitirse libremente la asistencia sin compli-
caciones de orden económico o familiar. 244 Por ejemplo, participar en algunos con-
gresos anuales que distintas asociaciones o agrupaciones de asociaciones realizan
de modo itinerante en la república mexicana. Para acudir se necesita, entre otras
cosas: mantenerse informado y saber sobre este tipo de organizaciones y eventos;
preferentemente ser parte de una asociación civil local, aunque no es un criterio de
exclusión; un interés y conocimiento mínimo sobre los temas políticos y educativos
que se abordan; disponibilidad de tiempo y; acceso físico o dinero para sortear las
distancias y; recursos económicos para solventar los gastos generales.
Pero no sólo eso: se asiste como público o como expositores para ofrecer
ponencias sobre temas como educación, política o también de historia de la comu-
244 Durante el capítulo V abordé la manera en que a través del curso de vida algunos sordos comienzan a manifestar
interés por los temas políticos y culturales. Se trata de una suerte de «habitus» labrado mediante procesos de socia-
lización con determinados grupos que ya estén involucrados. Cuando esta socialización no ocurre y de un momento
a otro se acude a un evento, se exterioriza un extrañamiento. Este fenómeno ocurrió cuando una joven vagonera
asistió a una reunión nacional de sordos donde se abordarían temas políticos y culturales. Invitada por un amigo más
relacionado con este tipo de eventos, coincidimos por única ocasión en un escenario de tal naturaleza. Aunque ella
tenía más que compartir con el resto de los presentes, dada su calidad de sorda, me comentó que sólo conocía a uno
de los presentes y a un intérprete que había visto en la televisión. Además, su corporalidad reflejaba cierta pena, inco-
modidad y aburrimiento, como luego confirmé cuando platicamos del encuentro al volvernos a ver en el Metro. Con la
experiencia citada no se intenta manifestar que los vagoneros estén exentos de discutir temas como los abordados en
las reuniones nacionales de sordos. Todo lo contrario: desde los andenes y vagones del Metro se expresan sus formas
de reflexión sobre políticas en torno a la comunidad, su cultura y las señas. El argumento es que existen disposiciones
y capitales económicos, sociales y culturales que modulan las formas de participación en la comunidad. Asimismo,
entre grupos y lugares de sordos existen experiencias de extrañamiento, como sucedería, por ejemplo, si un líder sordo
acudiera a la reunión de una congregación de señas de los Testigos de Jehová.
519

