Page 520 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        nidad. Si uno de los rasgos lingüísticos esenciales de los líderes es el dominio del
        idioma señado (además de su encuentro con idiomas escritos) es de esperarse que
        sean buenos «oradores», lo que se ha identificado a partir del análisis sociolingüís-
        tico de sus discursos. Las investigaciones de este cariz dan cuenta de los contenidos
        y destinatarios (Massone et al., 2012; Davis, 2007; Goncz, 2011) del discurso, des-
        tacando, entre otras cosas, la capacidad de ofrecer disertaciones de orden político
        o saber narrar historias personales, como ya se discutió al inicio del capítulo III,
        aunque también historias de la comunidad en general.


               Por ejemplo, en 2018, en el marco del 28 de noviembre, Día nacional de las
        personas sordas, la sala de LSM de la Biblioteca Vasconcelos organizó un evento en el
        que líderes y no líderes (a la vista de algunos sordos y oyentes vinculados a la comu-
        nidad) expusieron diversos temas. Uno de estos estuvo a cargo de un sordo que forma
        parte de una reconocida y extensa familia sorda. El tema: historia de la comunidad
        sorda a partir de la Escuela Nacional de Sordomudos y el profesor Eduardo Huet.

               Es probable que los primeros estudios académicos de la comunidad sorda
        hayan surgido con el análisis histórico de la citada institución considerada cardinal
        para el desarrollo de la LSM y su comunidad de hablantes. Sin embargo, tomando
        las fuentes escritas producidas por la academia o al margen de estas, algunos sordos
        destacados están acudiendo por cuenta propia a las fuentes historiográficas y gene-
        rando interpretaciones de la historia, ya no sólo a través de las señas, que es muy
        importante, sino también de modo escrito. 245

               En suma, la apropiación y producción de conocimientos sobre la lengua, la
        cultura y la historia de la comunidad sorda, constituye una suerte de acervo intangi-
        ble como resultado de la posesión de determinados capitales sociales, económicos
        y culturales, así como de la motilidad. Como he descrito, al poseer conocimientos de
        esta naturaleza se accede al ejercicio del «liderazgo lingüístico» y al papel de intér-
        pretes de la historia sorda entre la misma comunidad.



        245   A modo de corolario, cabe agregar que, en algunas entrevistas, al abordar el tema de la historia de la comunidad con
             personas consideradas o no consideradas por la comunidad como líderes, noté que algunos sucesos históricos pun-
             tuales eran interpretados de distintos modos. Incluso, algunas historias narradas poseían un tinte mítico; por ejemplo,
             el lugar de procedencia y motivos por los que el profesor Eduardo Huet llegó a México, así como sobre su condición
             auditiva. Lo mismo con la importancia que adjudicaban a Benito Juárez para la historia de la comunidad. Más allá de
             la objetividad y la precisión del dato histórico que persigue incansablemente la historiografía, considero que, para mis
             interlocutores, sus construcciones de historia les brindaba una suerte de «seguridad» sobre el origen de su comunidad
             y afianzaba el sentido de pertenencia.

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