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¿Quién es el sujeto Sordo? Capitales comunicativos y liderazgo




                 Según lo anterior, en la comunidad podrían existir distintas vías de acceso
          al liderazgo. Sin embargo, el tipo racional-burocrático es poco probable, dado que
          no existe una suerte de «instituto electoral sordo» o algo parecido, con reglamen-
          tos o elecciones en las que la comunidad asigne a sus líderes. Las otras dos formas
          restantes tienen relativa manifestación en la comunidad sorda. En esta tesitura, des-
          prenderse de una familia sorda de «abolengo lingüístico», provee a la persona de
          un conocimiento y autoridad peculiar que desemboca en la formación de un «líder
          tradicional» heredero de «todo lo que trae atrás», como afirmó Selma. Siendo here-
          dero de una lengua por medio de una familia canónica, será «investido en las cosas,
          apropiado por las cosas de las que él se ha apropiado» (Bourdieu, 1985: 82).

                 En tanto que usufructuarios, los líderes asumen su procedencia social, acep-
          tando las reglas y comportándose de acuerdo con los lineamientos esperados para
          tal investidura, como Bourdieu (1985) indica que tiende a ocurrir en fenómenos de
          transmisión de herencias sociales y simbólicas. Para este caso, el principal capital
          transmitido y en juego, será el lingüístico. El acceso a la «lengua materna» obedece
          no sólo a la predisposición sensorial que tienen los sordos con las señas, sino tam-
          bién, en este caso, al privilegio de aprenderla desde el seno doméstico; una con-
          dición limitada si se recuerda que la gran mayoría de sordos procede de familias
          oyentes. Con el acceso temprano a las señas, comienza la rápida formación de un
          «habitus lingüístico» que será elemento de distinción en la comunidad. 235

                 Desde luego, aunque importantes, no sugiero que criterios como ser sordo
          de nacimiento, tener la lengua de señas como lengua materna o provenir de una fa-
          milia sorda se realicen o deban cumplirse a cabalidad; por sí solos no convierten al
          sujeto sordo en líder. Por ejemplo, proceder de una familia oyente no es un impedi-
          mento para convertirse en líder. Su proyección como tal puede ocurrir si se poseen
          otros tipos de capitales (sociales, económicos, culturales, simbólicos).

                 Sin duda, para que una persona acceda al «puesto» de líder es necesario ser
          conocido y establecer vínculos. Vasconcelos et al. (2016) identificaron en su estudio
          sobre historias de vida de líderes que el vínculo con otros sordos habría sido uno
          de los principales elementos que dieron pie a que algunos sordos se convirtieran
          en líderes. La familia sorda es un capital social básico, pero no el único y tampoco

          235   Bourdieu define al habitus lingüístico como «disposiciones socialmente modeladas relativas a una cierta propensión
               a hablar y decir determinadas cosas (interés expresivo) y una cierta capacidad de hablar definida a la vez como capa-
               cidad lingüística de infinita creación de discursos gramaticalmente semejantes y como capacidad social que permite
               utilizar adecuadamente esta competencia en una determinada situación» (1985: 12).

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