Page 566 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        cer las clases que se estaban impartiendo a estudiantes sordos. Aquella experiencia
        fue muy sugerente. Durante toda la tarde estuve presente en dos clases distintas,
        una de temas relacionados con la biología y evolución y otra con la historia. Con
        el transcurrir de la primera se puso de manifiesto cómo intérpretes, profesores y
        estudiantes sordos trataban de definir algunas señas para los términos que se esta-
        ban viendo. Determinados conceptos no tenían una seña particular, por lo que las
        intérpretes al transmitir el mensaje, los sordos iban tratando de conceptualizar y
        comprenderlo en LSM.


               Al final de la clase los profesores de biología se reunieron con las intérpre-
        tes. Uno de los profesores sugirió que se podrían crear neologismos en señas para
        los casos en los que no hubiese una seña exactamente correspondiente al término.
        Consideró que esas nuevas señas serían producto del trabajo de la universidad y que
        después se podrían difundir institucionalmente. Partiendo de su experiencia con la
        comunidad sorda, las intérpretes comentaron al profesor que ese no era el camino
        más viable a seguir.

               En primer lugar, la producción de neologismos podría desarrollarse con la
        evidente participación de los sordos, pero antes de crearlos, los mismos sordos tra-
        tarían de definir las señas ya existentes que mejor representan a los conceptos, es
        decir, producir conocimiento en señas. El tema de los neologismos vendría después.
        En segundo lugar, se dio a entender que la autoría, patrimonio y difusión de señas
        nuevas, si se crearan, no pertenecerían a la institución, sino a los sordos, lo mismo
        que la difusión. No es que el profesor obrara de mala fe, sino que, en el pretendido
        buen acto, pero sin mucha cercanía y conocimiento acerca de cómo se coloca la co-
        munidad frente a la lengua de señas, podrían generarse conflictos. En ese contex-
        to se contó con la mediación no sólo lingüística, sino también sociocultural de las
        intérpretes como catalizador de las relaciones basadas en la producción de señas,
        pero no siempre existe tal apoyo. La presencia de sordos en contextos más nuevos,
        genera este tipo de iniciativas y dudas: si se crean señas, a quién pertenecen o quién
        se las puede apropiar.



        5. Cursos de LSM: facultados y «usurpación» de funciones


        De acuerdo con Bourdieu (1985) los mercados lingüísticos giran en torno del domi-
        nio de la lengua y su despliegue en un campo de «transacciones» e intercambios de
        los «valores» lingüísticos. La idea de mercado se entiende más como una metáfora

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