Page 568 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
debería enseñar LSM. La pregunta apunta hacia la distinción entre sordos y oyentes.
Mucha gente opina que quienes poseen la legitimidad son los sordos, sin embargo,
hay quienes consideran que los oyentes también cuentan con esta posibilidad.
Los oyentes que se han dispuesto a enseñar LSM cubren una gama amplia de
perfiles: algunos intérpretes de señas, profesores, religiosos, familiares de sordos o
simplemente gente interesada que aprendió (tal vez sigue aprendiendo) y conside-
ró sencillo comenzar a transmitir la LSM. Muchos sordos piensan que estos perfiles
no convierten a los oyentes en profesores, por lo que se interpreta una forma de
usurpación de funciones. Del otro lado, varios oyentes que se han dedicado a ense-
ñar LSM, acuden a diversos argumentos con los que pretenden justificar su papel.
Uno recurrente es señalar que el conocimiento de una lengua como hablante
«natural» o por ser la lengua materna de las personas sordas, no provee de la meto-
dología para enseñar. Precisamente escuché esta posición en una reunión que tuve en
un café con un joven hipoacúsico y un profesor oyente de «educación especial». Dicho
profesor dijo estar cercano al proyecto de la Academia de Lengua de Señas Mexicana del
DIF de la Ciudad de México. Comentó que el primer problema de los sordos es que entre
ellos se desacreditan, no hay apoyo mutuo y por ese tipo de conflictos no salen adelante.
Enseguida criticó que los sordos rechacen la presencia de oyentes en la en-
señanza de LSM: pueden saber hablar la lengua, pero no saber enseñar. Similar a
esta postura, un intérprete reconoció en Facebook ser criticado por enseñar LSM, su
gramática y cultura sorda. Indicó que dejaría de hacerlo si no tuviera conocimien-
to sobre la materia. En este sentido, el conocimiento de la lengua y la adquisición
de herramientas pedagógicas son para algunos oyentes, por ejemplo, profesores de
sordos o intérpretes, cualidades que justifican su práctica como instructores. Sin
embargo, el tema de la formación o capacitación para enseñar LSM no es ajeno a los
sordos. Saben que además de la legitimidad por ser su lengua materna es necesario
instruirse. Muchos de ellos son conscientes de esta necesidad, como lo dejó ver un
joven sordo (probablemente hipoacúsico) en un evento conmemorativo del 28 de
noviembre (2018) en la Biblioteca Vasconcelos:
Es importante que los sordos también se esfuercen porque necesitamos saber quién enseña bien
lengua de señas mexicana, ¿los sordos pueden enseñar Lengua de Señas Mexicana?, no, los sordos
primero necesitan aprender a enseñar, por ejemplo, los oyentes saben español, pero eso no signifi-
ca que sepan enseñarlo. Durante muchos años los sordos han peleado, han estado diciendo: «no,
no, no, nosotros tenemos que enseñar, ellos no pueden hacerlo» (Joven sordo).
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