Page 574 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
o intérprete cumplen otras funciones, pero no la de enseñar al público en general.
Por el comentario salió a la luz el controvertido caso de un profesor de escuela que
en Baja California se dispuso a interpretar en un evento de presidente de la repú-
blica, lo que terminó en un desastre. Sin embargo, no todos los intérpretes opinan
del mismo modo. Algunos, por ejemplo, han advertido en internet que, frente a la
proliferación de escuelas «pirata», había que tener cuidado de dónde se asiste a
intentar aprender. La UNSM también se manifestó por escrito sobre la oferta de
cursos de señas poco serios, señalando que a los sordos no les interesan las «bue-
nas intenciones». Solicitaban promover el respeto sobre la LSM y restituir el papel
de los sordos como instructores.
En una ocasión acudí a la asociación Alas de las Artes ubicada en el centro
de la ciudad, con la finalidad de abordar al representante y ver la oportunidad de
hacerle una entrevista. No lo encontré, pero tuve oportunidad de presenciar una
clase muestra que se estaba dando a unas personas interesadas. La encargada de
dicha actividad recomendó que compararan cursos identificando si había profeso-
res sordos, la cantidad de gente que se atiende por grupo, si los cursos consistían
en dar listas de palabras o contaban con otra metodología y si había oportunidad de
interactuar con más sordos fuera de la clase, entre otros aspectos. Señaló que quizá
su oferta era más cara, pero también más personalizada e interactiva.
Ciertamente, cada curso que se oferta ya sea de manera física, en internet o
híbrida, posee su propia estructura y número de niveles. Quizá algunos contenidos
por nivel sean similares, pero no existe una estandarización. Cada agrupación ha
forjado su plan curricular según la experiencia particular. Tampoco existen proce-
sos de nivelación entre los cursos existentes. Por ejemplo, se puede acudir de una
asociación a otra con nivel intermedio, pero dependerá de la asociación receptora
si acepta los documentos de la otra agrupación o si aplica un examen para colocar
a la persona en uno de los niveles que maneja. La valoración curricular tampoco es
muy clara. Algunos cursos señalan en su publicidad que sus actividades cuentan con
valor curricular, pero generalmente no se especifica en qué consiste. Por lo tanto,
cada grupo organiza los cursos según sus experiencias, necesidades y objetivos; ca-
racterística que se ha prestado a observaciones dentro de la misma comunidad:
Mi primer acercamiento con la lengua de señas fue con un curso que yo tomé, aunque ese curso no
tenía la mejor metodología. Lo que yo ahora a distancia veo es que era una lista de palabras por
abecedario. Estaba esa lista y entonces todas las sesiones con palabras en español. Empezaban
con «a», íbamos aprendiendo señas, señas, señas, luego con «b», pero cada uno teníamos un avan-
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