Page 593 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Conclusiones




          lingüístico. En este contexto, la presencia oyente demostró tratar de apropiarse de un
          elemento que, para muchos oyentes, no les pertenece. Más aún, la inserción en estas
          polémicas también se observó con relación a la configuración lingüística de las señas.
          Si originalmente se trató de arreglar al sujeto sordo según las disposiciones comuni-
          cativas auditivas y orales de los oyentes, parece ser que a lo largo del tiempo ha ha-
          bido fenómenos similares proyectados sobre las señas, como sucede con el español
          signado y más ofensivamente para los sordos con el español exacto, ambas prácticas
          promovidas principalmente por oyentes para su facilidad. De este modo, la razón
          oyente se introdujo tratando de modificar lo que en otras épocas ha buscado eliminar
          del escenario de las lenguas, comenzando por no reconocer a las señas como tal.

                 Luego de mostrar algunos de los hallazgos principales y llegado a este pun-
          to, es preciso dar cuenta de lo que ha cambiado, perdurado o emergido en siglos de
          historia. Comencé por afirmar que la razón oyente no es un acto intelectual-práctico
          individual y surgido espontáneamente. Por el contrario, es producto de la historia
          de la humanidad y su celebración por la audición, la oralidad y la escritura. Un pri-
          mer resultado sobre este tema refiere a las reactualizaciones sobre la obra religiosa
          en torno de los sordos. A lo largo de los siglos y hasta la actualidad, como demuestra
          el trabajo de campo (un caso en Oaxaca), hay evidencia de aquel sacerdote que se
          encuentra fortuitamente con un sordo, se interesa y procede a ayudarlo en su edu-
          cación y guía espiritual y moral. Más allá de la coincidencia en el suceso, se ponen de
          manifiesto algunas condiciones que ayudan a comprender este fenómeno.

                 En primer lugar, la orientación de determinados grupos religiosos de vol-
          carse al socorro de personas consideradas desvalidas en algún aspecto social, pero
          también corporal. En América el primer psiquiátrico fundado en 1567 fue fundado
          por religiosos y precisamente estuvo localizado a un costado del actual Templo de
          San Hipólito, de hecho, conocido como Hospital San Hipólito. En segundo lugar, la
          predisposición por el silencio y el desarrollo de algunas comunicaciones manuales
          entre religiosos antes del siglo X. De hecho, la citada Virgen del Silencio reactualiza
          esta cualidad que conecta con los sordos. Como demostré, el ímpetu por los sordos
          desde la dimensión religiosa se mantiene, pero también con algunas importantes
          singularidades. Una de las más importantes se relaciona con el sentido que se le da
          a la obra religiosa y el modo de organización.


                 «Llegar al corazón de los sordos», frase que circula entre los Testigos de Je-
          hová, plantea el mismo objetivo que desde el siglo XVI el monje Pedro Ponce de León



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