Page 79 - Más allá de la razón oyente digital digital
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La trama de la razón oyente en Occidente




          reducía el riesgo de degeneración auditiva (Meziani y Séguillon, 2019). En Estados
          Unidos las investigaciones en estos temas también se desarrollaron. Dentro de los
          «estudios Sordos», particularmente en las investigaciones de corte histórico, la fi-
          gura de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, quien tuviera familiares
          sordos, es bien conocida. Estimado como uno de los eugenistas más prominentes
          de finales de siglo XIX, Bell ha sido considerado parte de los principales agentes en
          contra del desarrollo de una comunidad y cultura Sorda, aunque las interpretacio-
          nes sobre su pensamiento siguen generando polémica.


                 Por un lado, se dilucida que en su obra escrita habría estado en contra de la
          reproducción biológica entre personas sordas. Por otro lado, se sabe que promovía
          el oralismo en detrimento de la lengua de señas y la socialización de personas sor-
          das. En todo caso, ambas perspectivas parecen abrevar de una visión eugenésica y
          no es posible advertir que una sea más o menos peligrosa que otra. La diferencia es
          que una se vincula con la ciencia y la otra con la pedagogía (Greenwald, 2009).

                 Con respecto al maridaje, Bell indicó que la selección constante de parejas
          entre personas sordas estaba llena de peligros y que la práctica de la lengua de se-
          ñas promovía la asociación de personas sordas, incluyendo la selección de parejas
          y con ello la propagación del defecto fisiológico (Bell, 1884). En el ámbito pedagó-
          gico, Bell fue enfático en la imposición de la lengua oral sobre la lengua de señas.
          Consideraba que esta segunda provocaba aislamiento y auto-segregación. Aunque
          reconocía que la lengua de señas permite representar ideas, le adjudicó un carácter
          artificial y reducido a pantomima. Por el contrario, la educación oral y escrita del
          inglés, más la lectura de los labios, harían entrar a las personas sordas a la sociedad
          oyente y erradicar su ignorancia. Al reconocer que las personas sordas reunidas
          comenzaban a generar señas de manera espontánea, consideraba necesario disipar
          su socialización. Pese a la asociación con el pensamiento eugenésico y anti-comu-
          nitario, podemos reconocer en Bell a un personaje cuyo pensamiento basado en la
          observación científica puso en tela de juicio algunos prejuicios que he comentado
          desde el inicio del capítulo. Uno de estos es que los sordos fueran a su vez mudos:

                Los sordos tienen órganos vocales tan perfectos como los nuestros y naturalmente no hablan
                porque no oyen. Yo mismo he examinado los órganos vocales de más de cuatrocientos sordos sin
                descubrir ninguna otra peculiaridad que las que se encuentran entre los niños que escuchan y
                hablan (Bell, 1884: 33).

                 Otra cuestión que pone a discusión es el creer que cuando pensamos, lo ha-


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