Page 81 - Más allá de la razón oyente digital digital
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La trama de la razón oyente en Occidente
cualitativo, biológico y poblacional. Al respecto, Foucault supone que las estadísti-
cas conforman dispositivos de los estados modernos, cuyo objetivo es medir, con-
trolar y normalizar a la población. Si bien Foucault sostiene que la población, objeto
de la estadística, expresas sus propios procesos (epidemias, economía, migración) y
tendencias, los cuales son irreductibles a los de la familia, reconoce que, en ciertos
casos residuales, quizá de carácter moral o religioso, la familia adquiere relevancia
(Foucault, 2006); tal vez este sea el caso de los múltiples trabajos estadísticos sobre
personas sordas y relaciones consanguíneas. En principio, las personas sordas en
general representaban estadística y cualitativamente un conjunto que salía de la
norma, es decir, la mayoría oyente.
A su vez, la gente sorda, que probablemente había adquirido el déficit audi-
tivo en función de la consanguinidad de sus progenitores, constituía un subgrupo
de peculiar preocupación médica, moral y religiosa. La inquietud propició diversos
estudios estadísticos por parte de las escuelas e investigadores. La estadística sani-
taria y los estudios cuantitativos a través de muestras, compusieron parte de las me-
todologías para determinar cómo los aspectos genéticos, hereditarios y consanguí-
neos afectaban o no la audición u otras discapacidades. Pese a esta preocupación, las
investigaciones cuantitativas no lograron determinar fehacientemente la influencia
del encuentro reproductivo entre familiares:
Se realizó una investigación en los censos de 1851, 1861 y 1871 sobre la condición con respecto a
la sordera y la estupidez de los hijos de sordos congénitos, y como el resultado de cada censo es
de carácter negativo, no se consideró necesario repetir esta investigación, ya que parece evidente
que la cuestión de la sordera y la estupidez en los padres no influye en la propagación del defecto
(Walsh, 1885: 49-50).
Nuevamente, el número de casos esporádicos de sordera es tan abrumadoramente grande, en
comparación con el número afectado por sordera hereditaria, que no hay una comparación real
entre los dos (Jenkins, 1891: 100).
Hay aquí, en las citas, dos preocupaciones relacionadas pero distintas. Una
es el carácter hereditario de la sordera y el otro es la herencia en función de los lazos
consanguíneos. Similar a Bell, Taylor expresó una inquietud por la derivación de una
raza sorda, producto del encuentro marital entre sordos, además familiares. Sin em-
bargo, tampoco creía que ello fuera posible, en virtud de que las estadísticas mos-
traban que, por regla general, los matrimonios entre personas sordas no eran muy
fructíferos. Además, consideraba que algunas personas sordas buscaban borrar sus
«inconvenientes» casándose con oyentes. Luego supondría que esos matrimonios
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