Page 85 - Más allá de la razón oyente digital digital
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La trama de la razón oyente en Occidente
Richard Rhodes (aunque también se habla de Thomas W. Graydon) en la segunda
mitad del siglo XIX. En la misma época se dieron grandes transformaciones aso-
ciadas a la industria y la ciencia. Este contexto habría influido vigorosamente en
la profusa historia eléctrica de la audición y el habla. A partir de esta época ya no
sólo se desarrollaron artefactos acústicos. El panorama cambió radicalmente con la
invención de la electricidad y el teléfono desarrollado por Alexander Graham Bell.
Se descubrió que la amplificación del sonido a través de la corriente eléctrica podría
ayudar a la percepción sonora. Así surgieron los audífonos de carbono, un material
que ayudaba a la conducción de la corriente. En 1885 se publicó un artículo de-
nominado The new aids to hearing en American Annals of the Deaf and Dumb. El
documento describía e ilustraba las características de un «auricular dúplex» en el
que dos personas podían emitir la voz a través de los extremos del artefacto. La no-
vedad es que en la mitad del tubo tenía una salida que se introducía por el conducto
auditivo. La idea era que las personas sordas escucharan la voz del instructor, pero
también su propia voz:
Para asegurar uniformidad en la comprensión del lenguaje hablado y en la capacidad de pronun-
ciarlo, no es suficiente que el alumno escuche lo que se le dice. También debe escucharse a sí mis-
mo (…) el maestro habla a través de uno de los tubos y requiere que el alumno repita, a través del
otro tubo, las palabras o los sonidos que se le han dicho. Esto le permite comparar la enunciación
propia con la de su maestro y después de repetidas pruebas, obtener el control sobre sus órganos
vocales que le permita reproducir sonidos con claridad y precisión (…) a través de esa educación
del oído y de la voz, creo que hay muchas personas ahora clasificadas como sordas y tontas que
podrán ocupar un lugar en la sociedad oyente (Currier, 1885: 286).
Catorce años después, en la misma revista, se publicó un artículo en el que
se describía el Akoulallion, uno de los primeros aparatos auditivos que empleaba
energía eléctrica por medio del carbón.
Entre los inventos recientes para beneficiar a las personas sordas se encuentra un instrumento lla-
mado Akoulallion, inventado por el Sr. M. It. Hutchison. El nombre Akoulallion deriva de los ver-
bos griegos escuchar y hablar, y transmite la idea de que ‘escuchar es hablar’ (…) Ha tomado un
curso con un especialista en enfermedades y anatomía del oído y al construir el Akoulallion ha apli-
cado su conocimiento sobre la electricidad para despertar y desarrollar la fuerza del nervio. Para los
sordos cuyos oídos están enfermos, el instrumento es prácticamente inútil, pero para aquellos que el
oído está en estado inactivo, será muy valioso (…) en la actualidad es imposible decir cuánto valor
demostrará el Akoulallion a los sordos, pero en la instrucción escolar es superior a todo lo inventado
(…) unas semanas atrás el Sr. Hutchison hizo experimentos con cincuenta de los alumnos de nuestra
escuela, elegidos al azar de las diferentes aulas. Adjuntó un fonógrafo y al menos cuarenta de los
cincuenta pudieron seguir la música y recibir una emoción placentera (McAloney, 1899: 301-305).
Los dos aparatos descritos no fueron los únicos. En la historia se desarro-
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