Page 87 - Más allá de la razón oyente digital digital
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La trama de la razón oyente en Occidente
chas veces en detrimento de su salud y de su vida exentando el consentimiento y su
reconocimiento. Lo mismo en el campo de las señas: las observaciones y sistematiza-
ción de las «señas naturales» por parte de l’Epée dio lugar a las «señas metódicas» y
con ello el surgimiento de los primeros reservorios lingüísticos en esta materia, aun-
que las personas sordas no se consideraron originalmente como autoras o coautoras.
Asimismo, en general, la historia pone de manifiesto que el sujeto sordo es
presentado como anónimo. El nombre del hijo «sordomudo» de Creso, rey de Lidia,
era desconocido. Lo mismo sucede con muchos alumnos y alumnas de los precur-
sores en la educación de las personas sordas. Sólo emergen algunos personajes
sordos como Desloges. Por otro lado, una constante es el reducto histórico a los
grupos sociales de élite de cada época. Algunos autores reconocen el sesgo de sus
investigaciones debido a que se basan en la historia de los grupos de élite (Rose,
2006; Laes, 2011) dejando fuera a otras colectividades que, precisamente, no apare-
cen en la historia. Las pocas fuentes comúnmente se refieren a los sectores sociales
privilegiados. Al menos desde el hijo sordo de Creso Rey de Lidia en el contexto de la
antigua Grecia, al hijo de la Duquesa de Frías, educado por Bonet en el siglo XVII, se
trata personas de las clases altas de sus épocas correspondientes. Sólo a partir del
trabajo de l’Épée la educación comenzó un proceso de masificación.
Esta historia general es una historia fundamentalmente masculina. Algunas
autoras han reflexionado acerca del tema intentando revertir la historia colocando
a las mujeres sordas en el centro de sus indagaciones (Blumenthal, 2008; Bruegge-
mann y Burch, 2006; Nathanson, 2011). Es posible que todo este conjunto de sesgos
en la historia, tanto regionales, de género, de clase y de audición (pensando en el
papel central de gente oyente) se deba tanto a cuestiones metodológicas, pero tam-
bién ideológicas. Sobre el primer aspecto, autores como Rose (2006) y Laes (2011)
reconocen el sesgo en sus investigaciones, orientado a las élites de la Grecia clásica,
en virtud de que la historia documentada se ha centrado en esos grupos y, aun así,
las fuentes o referencias a las personas sordas suelen ser escasas. En cuanto al se-
gundo aspecto, además de las fuentes limitadas (que tienden a aumentar conforme
avanzan los siglos, demostrándose en el engrosamiento de estudios a partir del siglo
XVIII), las dimensiones sombrías pueden deberse también a los intereses y perspec-
tivas de quienes investigan.
Llegados a este punto, considero establecer una reinterpretación acerca de
la condición sordomuda de las personas sordas. Una condición que, en principio, ha
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