Page 82 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia




        no tendrían éxito debido a los problemas de comunicación.

               Taylor parece adjudicar el  encuentro indeseado  entre personas  sordas a
        las escuelas. Así culmina su artículo: «¿Cómo pueden los hombres y las mujeres,
        dedicando sus vidas a mejorar la condición de los sordos, alentar constantemente
        los matrimonios que, con toda probabilidad, traerán más desgraciados al mundo?»
        (Taylor, 1892: 259). Pero, a qué se debería que los sordos se casaran entre sordos y
        más aún entre familiares sordos. Al parecer ciertos factores sociológicos y lingüísti-
        cos estaban relacionados. Bell observa con mirada «etnográfica» que:

             Cuanto más se comunican entre sí, menos deseo tienen de asociarse con personas oyentes, y la
             práctica del lenguaje gestual constituye un obstáculo para avanzar en la adquisición del idioma
             inglés. Estas dos causas, a) conocimiento exclusivo previo entre sí en la misma escuela y b) un
             conocimiento común de una forma de lenguaje especialmente adaptada para la comunicación de
             los sordos con los sordos, operan para atraer juntos a las grandes ciudades un número de personas
             sordas que forman una especie de comunidad o sociedad sorda que tienen muy poca relación con
             el mundo exterior. Trabajan en comercios o negocios en estas ciudades y sus horas de ocio se gas-
             tan casi exclusivamente en la sociedad del otro. En tales circunstancias, podemos sorprendernos
             de que la mayoría de estas personas sordas se casen con personas sordas y que, como resultado,
             deberíamos tener un número pequeño pero necesariamente creciente de casos de sordera heredi-
             taria (Bell, 1884: 56).
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               Las visiones fueron encontradas acerca de los efectos consanguíneos. Wade,
        Drout y Saint (1912), basándose en ejemplos de otras especies animales como los
        perros, sostenían que el apareamiento entre ejemplares cercanos no revelaba de-
        fectos orgánicos. También trajeron a la discusión el caso de los Incas, quienes, ar-
        gumentaban, habrían sido sumamente incestuosos y fueron una raza física y men-
        talmente superior al resto de los peruanos (Wade, Drout y Saint, 1912). De hecho,
        la cuestión de la raza se empleaba a favor y en contra. El trabajo de Taylor pone de
        manifiesto, según mi interpretación, la tensión entre un racismo implícito con los
        defectos producidos por un exceso de cercanía entre dos personas:

             Para que las partículas reproductivas del hombre y la mujer puedan coordinarse adecuadamente,
             deben ser de una naturaleza muy similar. Sin embargo, estos pueden volverse demasiado idénti-
             cos, como en el caso de los parientes cercanos, y la polaridad de estas partículas se altera. El resul-
             tado en este caso será algo anormal: imbecilidad, ceguera, malformación, sordo-mudez o alguna

        28   Ciertamente, en contextos oyentes generalizados, el encuentro de personas sordas se refuerza, en tanto que comparten
           una lengua y redes de relaciones. El matrimonio o vínculo afectivo también es común y si bien no tuve noticia acerca de
           matrimonios consanguíneos, sí de intentos médicos cuya finalidad era interferir desde la anticoncepción. Otra cuestión es
           el tema (enunciado entre oyentes cercanos a la comunidad Sorda en la Ciudad de México) sobre la promiscuidad como
           un problema que revelaba falta de educación y principios.

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